Paraje “Las Palmas”. Apuntes históricos en tierras de los Jesuitas

Carlos Riedel11 junio, 2023

Por Arq. Silvia Irene Baccino... El Paraje “Las Palmas” se halla fuertemente ligado a nuestra historia ya que formó parte de la dilatada propiedad de la Compañía de Jesús en los Siglos XVII y XIII y, a través de las centurias siguientes, las principales estancias y diversos establecimientos industriales y portuarios asentados en sus proximidades significaron un particular aporte al desarrollo económico del Partido de Zárate.

El paraje “Las Palmas” tiene su origen en el arroyo homónimo, cuya más antigua referencia se remonta al Siglo XVII y se vincula a la abundancia de palmeras en el lugar. Igual origen ha tenido el nombre del brazo del Paraná sobre el que desemboca el arroyo de referencia.

El paraje formó parte de la dilatada propiedad de los Jesuitas (Siglos XVII y XVIII) siendo una de las seis parcelas de pastoreo, conocidas como “puestos”.   Luego de la expulsión de los religiosos en el año 1767 pasó a manos, en 1785, del rico vecino de Buenos Aires, José Antonio de Otálora (futuro suegro de Cornelio Saavedra y de Benito González Rivadavia) quien la adquirió en subasta pública.

-Reunión de vecinos de “Las Palmas”. Década de 1920-

Durante las guerras de la revolución, el lugar fue objeto de saqueo por parte de los marinos de Montevideo que desconocían la autoridad de la Junta de Mayo. Así, el 23 de agosto de 1813 el alférez Ángel Pacheco al frente de un escuadrón de unos 30 granaderos a caballo y con la participación de paisanos y milicianos rechazó a fuerzas enemigas muy superiores en número en las inmediaciones del arroyo Las Palmas. Este combate fue conocido como de “El Palmar” o “Rincón de Zárate” y en él se puso en fuga a los realistas que bajo el mando del capitán Juan Antonio Zabala venían arriando hacia la costa un lote de 500 ovejas propiedad de hacendados de la zona.

En 1821, al efectuarse el reparto de las tierras de Otálora, correspondió a su hija Ana María, viuda de Benito González Rivadavia, la fracción sobre el Paraná de las Palmas que era conocida ya en el Siglo XVII por “Las Palmas”. En 1840 la propiedad fue confiscada por Rosas, aunque pocos años antes de la caída del gobernador, la familia se vio favorecida por una amnistía general por la cual se le restituyeron sus bienes. En 1854, Ana María, casi centenaria, hace donación de “Las Palmas” a su sobrina María Cipriana Soler de de la Torre, en el seno de cuya familia había convivido la anciana durante largos años.

En 1875, al producirse la muerte de María Cipriana, la estancia fue fraccionada entre sus numerosos herederos correspondiendo el casco a su hijo Rufino que poco después la vendió a Benito Villanueva y que, luego, fue adquirida en 1895 por el coronel Alfredo F. de Urquiza, nieto del caudillo entrerriano, entre cuyos descendientes se encuentra actualmente la propiedad.

-Estancia “Las Palmas”. Década de 1990-

-Estancia “Las Palmas”. Década de 1990-

Por Ordenanza N° 3382/03 y convenio celebrado con sus actuales propietarios se estableció la preservación de este inmueble histórico considerándoselo componente del patrimonio cultural, arquitectónico y urbanístico del Partido de Zárate.

En otro sector que había formado parte de la antigua estancia “Las Palmas” se estableció, en 1885, el frigorífico del mismo nombre, fundado por James Nelson, siendo el cuarto establecimiento en el país y el primero en localizarse en el Partido de Zárate. Fue en sus instalaciones donde se ensayó por primera vez el método de enfriado hacia 1900. Según detalla el Digesto Municipal de 1908, el establecimiento ocupaba 470 hectáreas y se fabricaban jamones y embutidos, carne congelada para exportación, sebo derretido, manteca, grasa, lenguas en conserva refiriendo, además, que “en todas estas tareas ocupa 600 obreros cuyo trabajo diario mantiene a un núcleo importante de población, cuyas familias representan unas 3000 almas”.

En atención a su localización aislada del pueblo de Zárate el frigorífico construyó su propio barrio que evolucionó, en los años siguientes, en un poblado de unos 3000 habitantes. En su organización se distinguían dos sectores: al pie de la barranca, junto al río, se ubicó el establecimiento fabril y sobre la misma, dominando el paisaje, las viviendas y los servicios unidos por un eje circulatorio. La tecnología usada fue la de la arquitectura utilitaria inglesa, símbolo del proceso de industrialización británico que nuestro país incorporó. Había escuela, enfermería, club social, almacén de ramos generales y farmacia.

-Vista general del frigorífico “Las Palmas”. Primeros años del Siglo XX-

-El ganado en pie comenzó a ser exportado hacia Inglaterra a partir de 1900-

-Tareas de faenamiento. Década de 1920-

-Viviendas obreras organizadas a lo largo de una calle principal. Década de 1920-

-Edificio racionalista construido en la década de 1950-

Asociado al desarrollo de la comunidad de “Las Palmas” se destaca el ferrocarril con su estación en el lugar; era la vía de comunicación que vinculaba a los vecinos del establecimiento con Lima y Zárate existiendo, además, un servicio de coches que hacía el trayecto hacia el mismo. Al cerrar el frigorífico, en 1929, comienza la lenta decadencia y muerte de este complejo fabril y residencial extendiéndose su desmantelamiento por aproximadamente diez años.

En 1948 Eino Heinonen, un empresario de origen finés afincado en Buenos Aires desde 1918, adquirió a la familia Pillitzel el predio donde había funcionado el antiguo frigorífico agregando una fracción de terreno próxima al río, comprada a la sucesión Quesada Urquiza. En una parte de la propiedad, Heinonen estableció su fábrica de maderas, papeles y cartones que luego se transformó en una fábrica de chapas para ebanistería. La nueva empresa daba trabajo a unas ciento cincuenta personas entre obreros y administrativos procedentes principalmente de la cercana localidad de Lima.

Hasta mediados de los años 1950 las maderas utilizadas por la planta industrial se traían en jangadas desde Brasil y Paraguay. Pulmu Heinonen, hija de Eino, recuerda que sobre aquellas jangadas venían familias con rancho y algunos animales para el consumo. Con la prohibición del tránsito de las jangadas, las maderas empezaron a ser transportadas por barco hasta el puerto de Buenos Aires (Riachuelo) y desde allí en camión hasta las Palmas (década de 1960).  Algunas de las maderas utilizadas eran importadas desde África, como la caoba y el okume.

Al fallecer el Sr. Eino Heinonen la firma se disolvió y sus herederos decidieron liquidar la sociedad, vendiendo el terreno donde se había instalado la planta industrial-actualmente ocupada por Latinoquímica- conservando su hija Pulmu la fracción correspondiente al campo.

Como punto de referencia del dinamismo alcanzado en otros tiempos se mantuvo la estación de tren que fue desafectada en la década de 1990, como consecuencia de la privatización de los ramales ferroviarios durante la presidencia de Carlos Menem. La edificación abandonada fue objeto de depredación, pudiendo observarse en el presente restos de aquella magnífica construcción: solo quedan algunos muros en pie casi cubiertos por altos pastizales.

-Estación “Las Palmas”. Década de 1920-

En las últimas décadas del Siglo XX este paraje experimentó profundas transformaciones derivadas de la localización de otro tipo de  actividades industriales y portuarias y, también, de emprendimientos residenciales - de los denominados clubes de campo - produciendo ello una ruptura significativa en el paisaje y en la dinámica rural que le dio origen.

Fuentes consultadas:

·Baccino Silvia Irene y Sorolla María Luisa: “Era una vez… Zárate”. Buenos Aires, 1997

·Botta Vicente Raúl:  “Historia de Zárate 1689 - 1909”

·Baccino Silvia Irene y Robles Sergio Daniel. “Parajes y vecindades rurales” Colección Historia Urbana y Patrimonio de Zárate. Editorial de Los Cuatro Vientos. Buenos Aires, junio de 2012.

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