Durante la década de 1880, en medio de un clima político nacional turbulento de lucha por el poder, de afirmación de personalismos dentro de la misma oligarquía gobernante y de una sociedad que se transformaba al ritmo de los cambios económicos y políticos, se fueron estableciendo nuevas disposiciones en la regulación del funcionamiento de los municipios bonaerenses.
La nueva ley orgánica de las municipalidades aprobada en marzo de 1886 dio mayor autonomía a las comunas. Estableció, como la anterior, que la administración de los municipios estaría a cargo de una Municipalidad; en cambio, dispuso que sus miembros fuesesn nombrados por elección popular directa, teniendo una duración de dos años en sus funciones, renovándose por mitades anualmente. Por el artículo segundo se estableció que cada municipalidad se constituiría en un departamento ejecutivo a cargo de una sola persona con el título de intendente y un cuerpo deliberativo o Concejo Deliberante.
En cumplimiento de la nueva ley, el 26 de diciembre de 1886 se celebraron elecciones en cada comuna, siendo elegido como primer intendente municipal de Zárate el escribano Rómulo Noya.
Noya había nacido en Zárate en 1851 cuando todavía formaba parte del Partido de Exaltación de la Cruz. Su padre, Manuel, se desempeñó como alcalde de Zárate durante varios años, en los tiempos de Rosas. Su madre, Anacleta de los Santos, procedía de una antigua familia establecida en el lugar desde el siglo XVIII, y al quedar viuda de Noya, volvió a contraer matrimonio con Lucio Hernández, quien también se desempeñó como alcalde, pero ya cuando se había creado el Partido de Zárate.
Rómulo fue uno de los primeros escribanos públicos del pueblo y mientras ejercía su profesión, desempeñaba diversas ocupaciones públicas.
Entre 1878 y 1879 ocupó el cargo de presidente del Consejo Escolar y en tiempos de la epidemia de cólera integró la Comisión de Higiene.
En 1887 su carrera se vio coronada en el ámbito local cuando fue elegido como primer intendente del Partido de Zárate, Durante su administración se dio inicio al proyecto de un nuevo cementerio y se construyó la Casa Municipal, obra del alarife suizo Dionisio Ferrari.
Participó de de la Revolución de 1890 y estuvo entre los primeros adherentes a la Unión Cívica Radical.
En su intensa vida pública, se desempeñó como jefe de Registro Civil y miembro de la Comisión de Islas de la Sección Cuarta y consejero de la sucursal Zárate del Banco d ela Provincia de Buenos Aires.
Su último cargo público fue el de comisionado municipal, durante 1917 y 1918, falleciendo a consecuencia de un paro cardíaco, el 15 de agosto de 1919. Seis días después de su muerte se sancionó la ordenanza por la cual se dio su nombre a la calle que por entonces se llamaba Andes.
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(*) Licenciado en Historia e Historiador. La historia compartida es un fragmento extraído de su libro Los que pasaron. Gentes en la historia de Zárate. Colección: Biografías, vol. 4 Contacto: serrob2009@hotmail.com