Por Arq.Silvia Irene Baccino... A fin de recordar la celebración del Carnaval en Zárate en las primeras décadas del Siglo XX compartimos viejas fotografías y breves comentarios que dan testimonio de las costumbres festivas de nuestros vecinos en tiempos pasados.
Los orígenes del Carnaval
En la investigación publicada en El Museo y sus diez años. Museo Histórico de Zárate / 1991 - 2001 se expresa que “Al aproximarse el año 1000 de nuestra era, la sensación de un miedo terrible se apoderó paulatinamente del espíritu de los cristianos del mundo. De acuerdo con el Apocalipsis, todos creían acercarse al momento de la aparición del Anticristo y del Día del Juicio Final. La gente hizo confesión de sus pecados, poblaciones enteras se sumieron en prolongados ayunos y flagelaciones.
Y el año 1000 pasó, y el miedo y el terror se convirtieron en orgía desenfrenada. El miedo a la muerte se transformó en burla a la muerte. De esta burla había nacido el Carnaval, fiesta que como tal surgió en la Edad Media en alguna parte de Europa, pero cuyas raíces se encuentran en la antigüedad a través de algunos de los elementos que integran el cortejo carnavalesco: La Máscaras, El Arlequín, El Pierrot y El Dominó.”
En efecto, se estima probable que el origen de su celebración tenga que ver con las fiestas paganas como las que se realizaban en honor a Baco, el dios del vino; las saturnales y las lupercales romanas o las que se realizaban en honor del toro Apis en Egipto. Según algunos historiadores, los orígenes de esta festividad se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto hace más de 5000 años, con celebraciones muy parecidas en la época del Imperio Romano.
Con el paso del tiempo el carnaval fue adoptado por los pueblos de tradición cristiana precediendo a la cuaresma. La etimología y origen de la palabra carnaval indica, según algunos investigadores, que proviene del término italiano “carnevale” y éste a su vez del latín “carnem levare” cuyo significado es carnem (carne) y levare (quitar): quitar la carne.
Los carnavales en nuestro país
En la publicación inicialmente referida leemos sobre el particular lo siguiente: “Los carnavales en nuestro país tienen antigua data. Fue el gobernador y capitán general del Río de la Plata, Juan José de Vértiz, quien concedió permiso para realizar los primeros bailes de carnaval en la Ranchería, alrededor de 1773.
Debido a diversos excesos el propio Rey Carlos III dictó una ordenanza prohibiéndolos al año siguiente. Durante la época de Rosas la celebración de los carnavales fue prohibida (1844) por las características violentas que había adquirido.
Caído Rosas en 1852 se levantó la prohibición comenzando también los grandes bailes de carnaval; los más “paquetes” en el Teatro Colón, los otros en el Teatro de la Victoria y luego en los clubes de los distintos barrios”.
La celebración del Carnaval en Zárate
“Fue allá en los tiempos viejos, se celebraba en todo el país el Carnaval, momentos dedicados a las diversiones, grandes regocijos, máscaras, bailes, procesiones burlescas y serpentinas”.
Y el pueblo de Zárate, desde las primeras décadas del Siglo XX, siempre dijo presente en estas fechas siendo el corso y los bailes las actividades más atrayentes que se organizaban para deleite de los vecinos.
En cuanto a los corsos, estos tenían una etapa preliminar en la que las autoridades designaban una comisión encargada de la organización de las fiestas carnavalescas, que comprendían no solo la autorización de los bailes sino resolver que calles serías las afectadas para la realización de los corsos; generalmente se inclinaban por aquella cuyos comerciantes más contribuían con sus aportes en dinero a la realización de los mismos.
Las reuniones para programar el carnaval se realizaban en la Sociedad Argentina de Socorros Mutuos. La apertura del corso se iniciaba con una bomba de estruendo y la Comisión con el jurado se ubicaba en el palco oficial, situado en la calle Justa Lima de Atucha.
Las autoridades otorgaban al Comisario la autorización correspondiente para iniciar la fiesta e iniciar la recorrida de las carrozas y de los carruajes adornados con flores y serpentinas a las que seguían las comparsas locales con sus orquestas, entre ellas: la Banda de La Papelera Argentina, integrada por un conjunto de cincuenta personas, a cargo del maestro Cavazzoni; la Banda “La Zarateña” dirigida por el maestro Mariano Falliveni; la Banda del Cuerpo de Bomberos Voluntarios dirigida por el maestro Felipe Defrancesco y otras como “Blanco y Negro”, “La Flor”, “Campera”, “La Estrella del Oriente” fundada en 1916.
En el corso organizado en el año 1920 hizo su aparición un tanque de guerra, similar a aquellos que se usaron en la Primera Guerra Mundial, fabricado por los hermanos Gigena y Calderoni y dirigido por Herculano Christello, suboficial de la Marina. A los costados, sus cañones hacían disparos produciendo un gran estruendo recibiendo, en atención a la idea, el primer premio.
En ese mismo año se recibió desde el paraje Las Palmas - área rural del Partido de Zárate- la visita del “Carro Romano”; al año siguiente “El Infierno con Lucifer” y su séquito de diablos; más tarde el “Patio Andaluz”; todas estas novedades -muy aplaudidas y elogiadas por los concurrentes- fueron presentadas por las hermanas Posse.
También los bailes públicos de Carnaval gozaron de gran predicamento entre la población, tanto por su carácter festivo como por constituir uno de los pocos acontecimientos que permitían las reuniones de jóvenes y el inicio de alguna relación que podía terminar en el altar.
Eran de gran importancia para la comunidad que consideraba estos encuentros como uno de los pilares de la vida social en aquel entonces.
En la década de 1940 fueron famosos los bailes de Carnaval en cuya organización y creatividad competían los diversos clubes sociales y deportivos: “Central Buenos Aires”; “Defensores Unidos”; “Belgrano”; “Paraná”; “Independiente”, entre otros.
Un personaje significativo en nuestra historia fue Don Saverio Mancuso, nacido en Palmira, provincia de Potenza (Italia), y que llegó a nuestro país a los diecinueve años arribando a Zárate en el año 1910. Realizó trabajos diversos hasta instalarse por cuenta propia, en el año 1912, con un bar en la esquina de Justa Lima e independencia; luego de varios traslados y siempre en el mismo rubro se instaló hacia fines de 1920 en pleno centro de Zárate: Rómulo Noya al 700, a la vuelta del Teatro Argentino, donde nació el bar “M’Extraña”
Fue un gran animador de los corsos en la década de 1940 y siguientes. Un artículo publicado en el diario “El Pueblo” -con fecha 26 de enero de 1989- recuerda a Don Saverio, quien tanto hizo para que año tras año estas festividades alcanzaran un singular brillo, con estos términos:
“Casi sin exageraciones ni mentiras, podríamos ubicar dentro de la historia del carnaval zarateño, una ‘Época de Mancuso’, aquella que él revivió, poniéndose al frente con sana alegría, con su filosofía de tano agradecido, con su fresco optimismo, con su amor por la vida”.
En los siempre animados corsos se realizaba la elección de la reina del Carnaval y su término se anunciaba con una bomba de estruendo; todos se retiraban en orden y muy satisfechos por la noche vivida. Si bien estaba prohibido el juego con agua al final del último día, de las azoteas tiraban bombas y baldes con agua provocando gran desbande entre los concurrentes.
También se efectuaban bailes familiares -los denominados “asaltos”- que esencialmente consistían en convidarse, llegar con la orquesta y tomar de sorpresa a los dueños de casa donde eran muy bien recibidos por su presentación, pasando momentos de sano esparcimiento y entusiasta algarabía entre los presentes.
Con el objetivo de regular los excesos cometidos por aquellos que hacían de esa fiesta un vale todo, las autoridades municipales dictaron algunas ordenanzas para reglamentar los festejos de Carnaval constituyendo la Ordenanza N° 98 del año 1913 - cuyo articulado se transcribe - un interesante documento que ilustra sobre el particular.
ORDENANZA N° 98
18 – 11 – 1913
REGLAMENTACIÓN DE LOS FESTEJOS DE CARNAVAL
ARTÍCULO 1°.- Prohíbese en los días de carnaval arrojar sobre los transeúntes, agua o cualquier otro líquido u objeto en forma que pudiera ser perjudicial.
ARTÍCULO 2°.- El corso será permitido durante los días de carnaval, de ocho a doce de la noche, debiendo el Intendente darle el recorrido que estime necesario.
ARTÍCULO 3°.- En las horas de corso será permitido tan solo el uso de flores, serpentinas y papel picado, prohibiéndose en absoluto el juego con agua de cualquier clase que fuere, como asimismo el uso de bombitas de estruendo u otros objetos que pudieran dañar a los concurrentes.
ARTÍCULO 4°.- El juego con pomos en el trayecto del corso se permitirá solamente después de las once horas de la noche y siempre que se efectúe con moderación.
ARTÍCULO 5°.- Los dueños de casa en las calles que recorre el corso que permitieran arrojar agua desde las mismas, o no dieran cuenta inmediata a la policía de la infracción que no hubiera podido evitar por los concurrentes de sus casas, serán pasibles de la multa que se establece para las demás contravenciones.
ARTÍCULO 6°.- El uso de disfraz durante estas fiestas de carnaval será permitido a las personas de ambos sexos, prohibiéndose hacerlo con vestiduras sacerdotales, uniformes militares de la época y trajes indecorosos. Las personas disfrazadas no podrán llevar armas, bastones, látigos, etc., aunque el traje lo requiera.
ARTÍCULO 7°.- Quedan igualmente prohibidos los cantos, discursos y danzas que estén reñidos con la moral, ya sea en las calles o sitios donde se celebren bailes públicos.
ARTÍCULO 8°.- Toda persona que desee disfrazarse requerirá previamente permiso a la Intendencia el que será visado por la Comisaría de Policía, debiendo cada interesado llevar consigo este permiso a la vista.
ARTÍCULO 9°.- Las comparsas carnavalescas deberán muñirse del permiso a que se refiere el artículo anterior, sin cuyo permiso no le será permitido el libre tránsito. Para obtener este permiso, los presidentes de las sociedades respectivamente, deberán presentarse a la Intendencia, dando los datos que fueran necesarios, haciéndose responsables de las alteraciones a que hubiere lugar.
ARTÍCULO 10°.- Quedan exceptuados de las disposiciones que expresa el artículo 8° las familias que concurran a bailes sociales o particulares.
ARTÍCULO 11°.- Los que contravinieren las disposiciones que establecen los artículos precedentes incurrirán en una multa de veinte a cincuenta pesos moneda nacional, que impondrá la Intendencia según el caso o en su defecto cinco días de arresto.
ARTÍCULO 12°.- Queda a cargo de la policía e inspección municipal el fiel cumplimiento de las disposiciones determinadas en los artículos anteriores.
ARTÍCULO 13°.- Comuníquese, etc. CARLOS ROLDÁN VERGES. Presidente, VICTOR GRAS, Secretario. LUIS GUERCI, Intendente. JUAN N. BOERR, Secretario.
Fuentes consultadas:
EL MUSEO Y SUS DIEZ AÑOS. 1991 - 2001 / Museo Histórico de Zárate. Buenos Aires, septiembre de 2001
DEPORTE Y CULTURA. Revista semanal deportiva, cultural, gráfica, social y de interés general. Director: Antonio Millán Ramos (h). Zárate, Número 136 / 7 de enero de 1943 y Número 298 / 14 de Marzo de 1946
Diario “EL PUEBLO”. Zárate, 26 de enero de 1989
Diario “EL DEBATE”. Zárate, 28 de marzo de 1971
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