En 1982, uno de los años más productivos de su trayectoria artística, el ícono rocker compuso la canción cuya letra, irónica y plena de referencias históricas, permanece en la memoria de millones de argentinos 40 años después.
2 de abril. La Junta Militar argentina, comandada por el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, anuncia por Cadena Nacional que “la República, por intermedio de sus Fuerzas Armadas, mediante la concreción exitosa de una operación conjunta, ha recuperado las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur para el patrimonio nacional”, y da inicio al conflicto armado con Gran Bretaña en el Atlántico Sur.
21 de abril. Un avión argentino avista por primera vez barcos de la flota de guerra británica en aguas del Atlántico Sur.
23 de abril. La revista Tal cual publica una serie de recomendaciones para un eventual bombardeo de la ciudad de Buenos Aires. Se pregunta: “Si (la guerra) llega al continente, ¿llegará a Buenos Aires?”. Y se responde: “Si es una guerra abierta entre los dos países, puede ser bombardeada tanto Buenos Aires como Londres o cualquier ciudad”. Recomienda el sótano del edificio Barolo, sobre Avenida de Mayo, como un posible refugio en caso de bombardeos.
29 de abril. La revista Gente titula en su portada: “Estamos en guerra”.
1º de mayo. Se producen los primeros combates entre las fuerzas armadas argentinas y británicas y, como consecuencia, las primeras muertes de militares y colimbas argentinos.
16 de mayo. En la cancha de rugby y hockey del club porteño Obras Sanitarias se lleva a cabo el Festival de la Solidaridad Latinoamericana. Bajo el lema “mucho rock por algo de paz”, el concierto convoca cerca de 70 mil personas que adquieren su entrada a cambio de alimentos no perecederos, prendas de abrigo y cigarrillos que –se anuncia– serán destinados a los combatientes en Malvinas. Animan el festival las principales figuras del rock argentino de entonces: Charly García, Luis Alberto Spinetta, León Gieco, Raúl Porchetto, Litto Nebbia y Nito Mestre, entre otros. Muchos de ellos figuran en la lista de artistas cuya difusión estaba prohibida desde 1976 por el mismo gobierno militar que ahora “recomienda” a los medios no difundir música cantada en inglés y promueve el multitudinario concierto.
27 de mayo. La revista Gente publica en su portada el título “Seguimos ganando”.
14 de junio. El comandante de las fuerzas terrestres británicas Jeremy Moore acepta la rendición del general argentino Mario Benjamín Menéndez, y ambos ejércitos declaran el cese de las hostilidades.
1º de agosto. Charly García comienza a grabar en los flamantes estudios Panda su primer disco solista.
23 de octubre. Charly García cumple 31 años.
28 de octubre. Sale a la venta el álbum doble Pubis angelical/Yendo de la cama al living.
26 de noviembre. En un concierto organizado en la sede de la Sociedad Rural en Rosario, Charly García estrena en vivo “No bombardeen Buenos Aires”, tema incluido en Yendo de la cama al living.
1º de diciembre. Pubis angelical/Yendo de la cama al living se ubica en el puesto número 5 en el ranking de los LPs y casetes más vendidos en el país, según la revista Prensario.
26 de diciembre. En el estadio de Ferrocarril Oeste, y con una producción inédita hasta entonces que incluye la escenografía de una ciudad diseñada por la artista plástica Renata Schusseim, Charly García finaliza la presentación oficial en Buenos Aires de Yendo de la cama al living con “No bombardeen Buenos Aires”, y hace “estallar” el escenario con pirotecnia y efectos especiales que representan un bombardeo.
Pasaron 268 días entre el 2 de abril y 26 de diciembre de 1982. Vertiginosos, frenéticos, dramáticos 268 días. Todo lo que ocurrió durante ese lapso en el país y en la vida de Charly García puede escucharse en “No bombardeen Buenos Aires”, clásico que por estos días cumple cuatro décadas y que perdura en la memoria emotiva y en las playlists de todas las plataformas como ninguna otra canción inspirada en aquellos días de guerra.
Son 4 minutos y 3 segundos en los que, además de la letra llena de ironía y cinismo que millones de argentinos y argentinas se saben de punta a punta y un groove irresistible que invita a mover los pies (¡una canción sobre la guerra para bailar!), se escuchan tantas referencias históricas, mediáticas, políticas y culturales que sería imposible enumerarlas sin aburrir: desde escondidos chistes sobre drogas (“fumate un joint, fumate un joint, fumate un joint, mamá”) y gritos desesperados en primer plano (“¡Tengo hambre! ¡Tengo miedo! ¡Déjenme dormir!”) a menciones más o menos sutiles a la censura, a “Margarita” Thatcher y a la afición de Galtieri por la bebida; todo montado sobre infinitos riffs de teclados y fills de batería como ametralladoras a cargo de Willy Iturri, el único músico convocado por Charly para grabar con él. Tarea para el hogar: escuchar el tema con auriculares y a volumen alto. El ejercicio es fascinante.