A 35 años de “Oktubre”, el disco con el que Los Redondos se transformaron en un estandarte inconfundible

Carlos Riedel5 octubre, 2021

El segundo álbum de la banda comandada por el Indio Solari y Skay fue uno de los más audaces a nivel sonoro y dejó hits inoxidables. Pero también marcó el pulso del ideario y la estética ricotera.

 

Hace 35 años, la ascendente banda underground Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota editaba Oktubre, su segundo disco de estudio, que marcó un antes y un después en la historia del grupo al tiempo que significó una verdadera bisagra en el rock argentino, que comenzaba a abandonar el optimismo inicial que había despertado el regreso a la democracia en 1983.

La placa, publicada el 4 de octubre de 1986 con importantes innovaciones sonoras, líricas que graficaban al dedillo el panorama socio-político mundial y un concepto general en el que la banda dejaba en claro sus posturas ideológicas, se estableció además como el trabajo más apreciado por los fans de la banda.

Ocurre que ese disco contiene algunos de los temas más emblemáticos del grupo, como “Jijiji”, “Semen up”, “Ya nadie va a escuchar tu remera”, “Preso en mi ciudad”, “Motorpsico” y “Canción para náufragos”, entre otros; además de definir toda una iconografía, ideada por Ricardo “Mono” Cohen, también conocido como Rocambole, con una lectura de los procesos revolucionarios históricos, a partir de un cruce entre la estética artística tradicional de la Revolución Rusa de 1917 y los trabajos de Antonio Berni.

Oktubre, grabado en los estudios Panda con Osvel Costa como técnico, resultó además el despegue definitivo de un grupo que hasta el momento había editado Gulp, en 1985, un registro realizado en pocas horas y en el que la banda se limitó a repasar algunas canciones que venían tocando en sus presentaciones desde hacía años.

El resultado final fue un compendio de nueve canciones, con un sonido oscuro y letras que referían a la Guerra Fría, la dictadura de los medios de comunicación y el excesivo consumo de cocaína que dominaba la escena de los años 80.

A partir de ese momento, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota comenzó a ver cómo su público se multiplicaba rápidamente, hasta convertirse en el grupo más convocante de la historia argentina, al tiempo que comenzó a sufrir toda una serie de cambios en su formación.

Hasta ese disco, la banda, liderada por Carlos “El Indio” Solari y Skay Beilinson, estaba integrada por “Semilla” Bucciarelli en bajo; Tito Fargo D’aviero en guitarra; Willy Crook en saxo; y Juan “Piojo” Ábalos, en batería; aunque en el año siguiente, estos tres últimos integrantes iban a dejar sus lugares y serían reemplazados por el saxofonista Sergio Dawi y el baterista Walter Sidotti.

“Lo primero que me viene a la mente para destacar es que es un disco que se hizo con un poco más de estructura que el anterior. Se grabó en Panda con un técnico y tuvo lo que ahora se llama preproducción. Hicimos los demos en una máquina que tenía Gonzo Palacios (saxofonista de Los Twist). Tardamos algo así como una semana en grabarlo cuando a Gulp lo habíamos hecho en cinco horas, con mezcla y todo”, recordó Tito Fargo.