Hace un año, con la pandemia a pleno, el coronavirus mataba y mataba sin parar y la vida, prisionera del azar en su máxima expresión, era eso que sucedía entre gambetas ciegas al covid y sus impactos certeros a las rutinas, un 25 de noviembre llegó la increíble noticia... Había muerto el más humano de los dioses, según reflexionaba Eduardo Galeano. Había muerto DIEGO ARMANDO MARADONA.