“SE EQUIVOCÓ LA PALOMA” por Guillermo Rivelis

Redaccion General10 octubre, 2025

Se equivocó la paloma
se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur
creyó que el trigo era agua,
se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo,
que la noche la mañana,
se equivocaba,
se equivocaba.
…………………………………….
Rafael Alberti

El poema y la canción son conmovedores.

Y también son conmovedores la equivocación, el error.

Equivocación: cosa hecha con desacierto.

Error: Concepto o juicio falso. Acción desacertada.

Son conmovedores cuando la intención es limpia, de buena voluntad, honesta.

Acciones llevadas a cabo con astucia, para conseguir cualquier clase de fines, no son equivocaciones, no son errores.

Los actos genocidas llevados a cabo por naciones o grupos no son equivocaciones, no son errores.

Gaza no es un error.

Gaza no es una equivocación.

Ni Netanyahu ni el actual Estado de Israel se equivocaron.

Tampoco, quienes los apoyaron, apoyan y, muy probablemente, apoyarán.

El nazismo no fue ni es una equivocación.

Los crímenes de lesa humanidad en Argentina y en cualquier lugar del mundo no fueron ni son errores.

No se trata de palomas que se equivocaron.

Desde un punto de vista profundo, humano esas barbaridades son acciones llevadas a cabo por quienes no entienden aproximadamente (cómo sólo es posible entender) qué es la vida.

No entienden la necesidad que cada ser humano tiene de los otros seres humanos.

No están equivocados ni errados, están aberrantemente orientados en una dirección tanática, opuesta al Eros, opuesta a la vida.

Erramos y nos equivocamos las buenas personas que tenemos buenas intenciones.

Los argentinos erramos y nos equivocamos cuando no advertimos que determinadas personas que prometen mucho están dispuestas a quitarnos mucho.

Nos equivocamos y erramos cuando las personas que elegimos para gobernarnos no nos representan.

No nos representan en nuestras necesidades.

No nos representan en nuestros deseos de una vida más hermosa.

No nos representan en la necesidad que tenemos del Hospital Garrahan.

No nos representan en la necesidad de que un jubilado cobre el triple, al menos, de lo que cobra.

No nos representan en la necesidad de tener trabajo sin amenaza de pérdida por cierre u otros motivos.

No nos representan en la necesidad imperiosa de que todas las personas, y muy especialmente, los niños, coman cuatro veces al día.

Y, obviamente, podríamos seguir enumerando.

Incluye a un gobierno determinado y va más allá, mostrándonos equivocaciones y errores desde hace muchos, muchos años.

Nosotros, el pueblo de la querida Nación Argentina, somos la paloma que nos equivocamos.

Es importante que consideremos que no estamos destinados fatalmente a la equivocación y al error.

Claro es que cuando algo se repite, durante tanto tiempo, se naturaliza.

Se naturaliza haciéndonos creer que no es posible de otra manera.

Porque esta es obvia y natural.

Suponemos, entonces, que nada va a cambiar.

Que nada puede cambiar.

Y que, por lo tanto, carece de sentido intentarlo.

Y ese, con independencia de a quiénes elegimos para que nos gobiernen, es el verdadero error.

La fundamental equivocación.

Con esa forma de pensar, los seres humanos no hubiéramos inventado la rueda.

Ni el papel.

Ni la escritura.

Ni tantísimas cosas que no son naturales y fueron socialmente creadas.

Decía (y escribía) Esteban Echeverría que la democracia es cambio.

Esa es la forma de ser de la democracia.

Y el error y la equivocación son, para ello, puntos de partida en tanto los analicemos, aprendamos y saquemos conclusiones (habitualmente transitorias, sujetas al cambio de la democracia).

Nos convoca Esteban Echeverría: “Cada generación retoñece el árbol de la esperanza del porvenir progresivo de los pueblos”

Es el compromiso, la responsabilidad, la misión de cada generación y de cada persona en cada generación.