Personajes zarateños: Raúl Sciarretta el discípulo zarateño de Ramón Carrillo

Carlos Riedel19 septiembre, 2024

Por Pablo Gallardo... Raúl Sciarretta (Zárate, 1922- Buenos Aires, 1999), ha sido uno de los propaladores de saberes y vocaciones intelectuales más influyentes en el campo del psicoanálisis y en la historia cultural argentina.

Nacido en 1922 en Zárate, en una familia de imprenteros del centro de la ciudad tuvo una actuación menor e intermitente en Zárate como conferencista y divulgador. En el campo de la teoría y cultura marxista y en el psicoanálisis su nombre es referencia obligada. Su labor como traductor, prologuista, docente outsider y sus intervenciones escritas en revistas y publicaciones científicas y político-culturales, merecen un estudio sistemático y pormenorizado que permita enlazar las múltiples referencias intelectuales (estética, cibernética, marxismo y psicoanálisis) de un ciclo de fecunda labor intelectual y pedagógica.

En el dinamismo bohemio de los cafés y las bibliotecas de la década del 40, el joven Sciarretta dará los primeros pasos en sus inquietudes científicas, estéticas, filosóficas y políticas. Con solo 26 años ya participaba de conversaciones con personajes de la cultura local, y brindaba en el Circulo Popular de Cultura, la conferencia “El ser del hombre de Aristóteles a Sartre”. Son días de juventud de quien será el intelectual zarateño más importante del siglo XX.

Raúl Sciarretta fue secretario privado de Ramón Carrillo, entre 1950 y 1954. El joven Sciarretta atravesaba, al igual que Carrillo, una época de entusiasmo por la cibernética y era una influencia para el pensamiento filosófico y científico del ministro, además de oficiar como su corrector editorial. Ambos habían impulsado el Instituto de Estudios del Hombre en el organigrama del Ministerio de Salud Pública.

Presumimos que conoció a Carrillo hacia mitad de la década del 40 cuando Sciarretta cursaba la carrera de medicina (que abandonó) y Carrillo se desempeñaba como Profesor Titular de Neurocirugía de la Universidad de Buenos Aires.

En esos años Ramón Carrillo, en brusco viraje profesional, abandonó su promisoria carrera como neurobiólogo y neurocirujano para dedicarse al desarrollo de la medicina social (sanitarismo), desde donde podía realizar y concretar sus ideas sobre salud y el bienestar del ser humano.

Aprovechando la oportunidad que le brindaba el ascenso político de la era peronista, a cuyo jefe político Carrillo había conocido dos años y medio antes, en 1946, se convierte en el primer Ministro de Salud Pública que tuvo la Argentina.

Por ocho años desarrolló una innovadora y muy valiosa labor, pero renunció en julio de 1954, antes de que el segundo gobierno de Juan Domingo Perón fuera derrocado el 16 de septiembre de 1955. No obstante, debió permanecer fuera del país.

Exiliado, enfermo (hipertensión mal atendida), políticamente perseguido (el gobierno argentino de facto que produjo el derrocamiento presentó ante el de Brasil una protesta por prestársele a Carrillo ayuda médica, calificándolo de «prófugo»; sus libros y cuadros en Buenos Aires fueron saqueados) y tras padecer con su familia grave pobreza, falleció en Belem do Pará, Brasil, el 20 de diciembre de 1956.

No obstante, durante ese año aún produjo trabajos de antropología filosófica. Declarado por entonces «ladrón de nafta», su figura y su obra fueron silenciados hasta el breve tercer gobierno de Perón (1973-1974). En 1974 se produce la primera rehabilitación histórica de Ramón Carrillo con el lanzamiento de sus Obras Completas, titánica labor de recopilación y análisis llevadas a cabo por su discípulo zarateño, Raúl Sciarretta, para la editorial de la Universidad de Buenos Aires.

Además de ser su secretario durante su gestión en el Ministerio de Salud, Sciarretta dirigió las obras completas del gran sanitarista argentino, Ramón Carrillo.

Con posterioridad al fatídico golpe militar de 1955, Sciarretta comienza un importante trabajo de traductor, prologuista y formador teórico marxista.

Traduce a TranDucThao, Antonio Gramsci, Bertolt Brecht, Galvano Dellavolpe e introduce al filósofo francés Louis Althusser y se transforma en discípulo del escritor y periodista Héctor Agosti y del filósofo Carlos Astrada.

Comienza con sus famosos grupos de estudios. Durante 1963 es detenido en Córdoba, en un domicilio particular mientras daba un curso sobre la filosofía de Hegel a obreros y estudiantes comunistas.

Es puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. En una carta desde la cárcel dirigida a su maestro Carlos Astrada, Sciarretta cuenta: “La noche de nuestra llegada a Río Bamba, al entrar en el patio de los pabellones, todos los detenidos políticos estaban en las ventanas y nos recibieron con una gran ovación, pronunciando nuestros nombres. Aquí nos encontramos con muchos compañeros y amigos. Estamos ya trabajando con los cursos de estudio. Es muy importante el contacto con obreros y dirigentes sindicales.”

Con la dictadura de Ongania en 1966, retorna con mayor frecuencia a la ciudad de Zárate y se vincula con sectores jóvenes de la cultura que frecuentaban el Circulo Popular de Cultura, la Biblioteca José Ingenieros y el Teatro Experimental Zárate: Abel Poletti, Alba Lintridis, Delia Piris, el “negro”Gaito,Nestor Insúa, Jose Coló, entre otros.

A partir de los conceptos centrales de la estética teatral de Brecht y el análisis de la famosa obra del dramaturgo alemán Mamá Coraje y sus hijos, los cursos y conversaciones- tal como lo recuerda Alba Lintridis- terminaban en la obligada y nunca definitivamente saldada discusión sobre las relaciones entre acción cultural y lucha política en aquellos vertiginosos años.

En torno a que la cultura no es neutral frente a lo político y que la política no puede instrumentalizar la cultura había amplio consenso, todo lo demás era materia de un sinfín de matices, más estériles o más ricos según el caso, que todavía hoy impiden clausurar el debate.

Es en dicho período- a finales de los 60 y comienzos de los 70- que se consolida la figura intelectual de Raúl Sciarretta en la formación de la nueva izquierda intelectual y en el campo del psicoanálisis.

Su itinerario también lo posiciona como introductor del psicoanalista francés Jacques Lacan, se dedicará fundamentalmente a la epistemología del psicoanálisis, a través de grupos de estudios y dejará su impronta en la modernización del campo psicoanalítico argentino durante los 70 y los 80. De hecho, los 20.000 volúmenes que conformaban su biblioteca personal se encuentran accesibles públicamente en la biblioteca de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.

El 23 de Agosto de 1999, luego de un período de internación, a los 77 años, fallece olvidado y en situación de pobreza. Los matutinos Clarin y Página 12 le dedicaron un espacio a la noticia y al homenaje. En nuestra ciudad, el diario La Voz publica una semblanza de Raúl a cargo de Abel Poletti.

Otras recuperaciones locales serán las del psicoanalista y escritorJorge Collado, “RaulSciarretta, Luis Mattini y Raul García. Tres intelectuales zarateños” y Sergio Robles, lo entrona como una figura intelectual de fuste en la genealogía histórica de las ideas en Zárate, generando hasta el momento el cuadro más completo de biografía intelectual que disponemos.

Los tres, Poletti, Collado y Robles, han contribuido a recuperar por medio de la escritura, el trazo tenue pero legible que Raúl Sciarretta ha dejado en la vida intelectual argentina.

Es preciso también direccionar la vista a una auténtica vida filosófica perteneciente a la categoría de los olvidados; y esto último no solo porque Raúl mantenía un bajo perfil y jugaba al ocultamiento sino también por la frontera de exclusión que los entramados sociales más conservadores de la ciudad le imponían a las disidencias existenciales de algunas formas de vida.

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