"Nosotros" por Guillermo Rivelis

Carlos Riedel27 julio, 2021

La palabra "nosotros" supone un conjunto (dos o más) YOes (individuos) que comparten mínimamente un criterio y, de manera conjunta, racional, libre y conscientemente elegida, llevan adelante, de manera articulada, una acción.

Desde hace mucho pienso que al idioma de los hispanohablantes (no conozco otros) le falta un pronombre. Es el pronombre que nombre la simbiosis, es decir, individuos indiscriminados.

La simbiosis, incluso, puede impedirles la constitución como Yoes. El pronombre que también nombre el "seguidismo", es decir, una persona que habla y otras que aclaman y apoyan sin análisis de lo que dice o dejándose convencer de lo que muy probablemente no pensarían ni harían en forma personal.

El "seguidismo" no nació en Argentina. Los argentinos no inventamos el fascismo. Los argentinos no inventamos el nazismo. Los argentinos no inventamos el falangismo. Los argentinos no inventamos el stalinismo. Los argentinos no bombardeamos poblaciones civiles en Irak. Los argentinos no propiciamos la guerra entre israelíes y palestinos. Los argentinos no crucificamos a Cristo.

Pero, en Argentina, dicho esto en forma muy general, como tendencia social, cultural y política, tenemos una tendencia a la imitación. Y el que imita exagera. Tenemos, por lo tanto, una tendencia al "seguidismo" de líderes personalistas. Esto ha ocurrido respecto de partidos y movimientos distintos y electoralmente elegidos, y también de quienes encabezaron gobiernos de facto.

En estos días, hemos visto y escuchado disputas por la configuración de listas (únicas en ciertos casos, más de una en otros) para las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). En algunas listas, en aras de la "unidad" interna la lista es una sola con lo cual la "elección interna" parece carecer de sentido.

Más importante que eso, tal vez, es que la configuración de listas (única o más de una, según los casos) se ha llevado a cabo mediante acuerdos, desacuerdos, tironeos, especulaciones, disputas por espacios, competencias y afirmaciones o negaciones de poder. Usando un viejo dicho: "entre gallos y medianoche".

Mientras tanto, "nosotros" seguimos esperando la segunda dosis de la vacuna Sputnik.

Y digo "nosotros" en la esperanza de que seamos todos o la gran mayoría que la estemos esperando (aun quienes ya la tenemos puesta y quienes han sido vacunados con otras vacunas), solidarios con quienes deben recibirla y conscientes de que la inmunidad será colectiva o no será.

Lejos quedaron los días en que a muchos nos generaba cierta tranquilidad la presencia conjunta antes las cámaras de televisión para anunciar medidas del Presidente de la Nación, el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Profundización de diferencias, cálculos de conveniencias, mezquindades y falta del reconocimiento de la semejanza del "otro" humano fueron reduciendo los acuerdos. Con algunas excepciones, por ejemplo, la casi unanimidad de los legisladores para aumentar sus ya de por sí "interesantes" sueldos (especialmente si los comparamos con médicos y otros trabajadores de la salud, declarados esenciales en pandemia, con docentes y con la inmensa mayoría de los trabajadores argentinos que tengan la "suerte" de tener trabajo). Y, gravemente, también rige un compartido silencio respecto de las enfermedades y muertes producidas por agrotóxicos y otras formas de contaminación ambiental. No son opiniones. Son estudios científicos y estadísticos.

Lejos quedó también el relato épico del primer vuelo a Rusia para traer vacunas. No sabemos si a nuestros "aliados" o "solidarios proveedores" se les pinchó un neumático, si prometieron más de lo que podían, si cambiaron de prioridades, si...No estamos informados de lo que, probablemente, es una de las cosas que más nos interesan.

Afortunadamente, el sentido lógico de la gran mayoría de "nosotros" desoyó voces interesadas que pretendían predisponernos en contra de algunas vacunas.

El mundo nos parece más ajeno. En el contexto de la pandemia, muchos sectores han especulado con la salud y la economía y han ganado ingentes y obscenas cantidades de dinero.

En Argentina, en la última dictadura, se nos quería hacer creer que "los argentinos somos derechos y humanos", mientras sucedían aberraciones y se ganaban campeonatos de fútbol.

En casi treinta ocho años de democracia no hemos podido resolver los muchos y muy graves problemas surgidos durante la dictadura o que la misma profundizó.

No es responsabilidad de "la democracia" sino de la manera en que ha sido ejercida.

No está, en lo que a mí respecta, en cuestión la democracia sino lo que con ella se está haciendo.

Claro es que mirar lo que otros hacen y la lamentable manera en que disputan cargos (en este caso, para la legislatura) mientras "nosotros", con sensación de impotencia e indignación, nos sentimos alejados y "descartados" de lo que se discute, está muy lejos de ser la mejor, o siquiera una buena, versión de la democracia.

Aun así es el sistema a reafirmar y, necesariamente, a mejorar. Pretender renunciar al mismo, significaría algo así como un suicidio masivo.
¿Entonces? Vamos a ir a votar. Y las opciones son las que son.

Las cuestiones importantes se resuelven en procesos que requieren trabajo y tiempo.

En Argentina hay algunas cosas que no pueden esperar mucho más tiempo: cantidades de personas en situación de pobreza e indigencia, niños viviendo al lado de basurales y aguas servidas, indicadores espeluznantes de femicidios, entre muchísimas otras cosas.

Quienes trabajamos en salud mental somos observadores y participantes activos de los altos niveles de ansiedad que producen situaciones tan confusas, frustrantes, que excluyen a la inmensa mayoría de decisiones vitales.

Los ciudadanos, iremos, con consciencia y esfuerzo, configurando un "nosotros" que engrane y favorezca (y no que borre) Yoes individuales, que comprenda que la democracia es nuestra, que sepa articular libertad y responsabilidad colectiva, que pueda decir (como muchos seres humanos ante la invasión y bombardeo a Irak en 2003) "no en mi nombre", que vaya construyendo una democracia verdaderamente participativa.