El pasado martes 11 de junio, vivimos un momento único en la vida de la ciudad de Lima. En sesión especial del Concejo Deliberante, quedaron refrendados de manera oficial el escudo y la bandera que, de aquí en más, representarán a la ciudad.
El valor histórico del momento no solo reside en las nuevas insignias, sino que comienza con el proceso de selección, un concurso del que participaron numerosos limeños de diferentes entidades y sectores.
Este hito que será recordado para seguir abrazando su rica herencia y cultura, y que hoy tiene plasmado en sus símbolos la tradición del trabajo agrario, la producción industrial y la identidad bonaerense.
De ahora en más, será tarea de cada limeña y limeño enseñar a los que los siguen sus significados, y renovar el compromiso de seguir en el camino del progreso y la prosperidad para todos los que llaman a Lima su hogar.