“INERTES” por Guillermo Rivelis

Redaccion General30 octubre, 2025

#Columnistas
“INERTES” por Guillermo Rivelis

Las elecciones legislativas del domingo pasado arrojaron resultados que determinaron ganadores y perdedores.

Puedo decir con relación a las fuerzas políticas que todas deberían pensar las verdaderas razones de lo que marcó el escrutinio.

Para mejorar sus performances.

No sus performances electorales, sino sus performances cotidianas en función de mejorar la vida de todos quienes habitamos este querido suelo. Hayamos votado o no.

Veo que comienzo y concluyó el párrafo anterior con una misma palabra: “no”.

Diría Freud que eso no es casual.

Y agregaría, probablemente, que algo del orden de la negatividad, o de lo negativo, se está expresando.

Comparto el señalamiento y la probable interpretación.

Me pregunto, entonces, qué es eso del orden de la negatividad o de lo negativo.

Intento responderme.

Conjeturo que me estoy refiriendo a una actitud ciudadana.

Además del bajo porcentaje de participación.

Entiendo que somos ciudadanos inertes.

O que actuamos como si así fuera.

Inerte: inactivo, falto de reacción, inmóvil, paralizado.

Tanto las personas que votaron a los ganadores, como los que votaron otras opciones, como los que no votaron, miramos los resultados como algo interesante, pero de algún modo ajeno.

Ajeno, es decir, perteneciente a otros.

Percibimos que lo que nos concierne, lo que para bien o para mal nos afecta todos los días, se dirime en espacios alejados de nosotros.

Y que votar (o no votar) es toda la participación que podemos tener.

En ese sentido lo nuestro es vivido como ajeno.

Y lo que lo determina y decide nos pone en situación inerte.

Considero importante que pensemos que la “situación inerte” es una vivencia que, si bien muy extendida, pertenece a la esfera de lo subjetivo.

YO, me siento, o me considero, inerte.

YO. Y YO no estoy obligado a sostener esa vivencia.

YO puedo intentar otras cosas.

YO puedo pensar y plantearme distintas formas de participación.

YO puedo no aceptar en mí la situación inerte.

YO puedo trabajar conmigo mismo y con otros para dejar de sentir como ajeno lo que es propio.

Muchos, muchos YOes que se propongan estos objetivos podrán hacer de la democracia, como planteaba Esteban Echeverría, “un régimen de la razón”.

Un régimen de búsqueda y construcción de justicia, fraternidad, igualdad y libertad.

No deberíamos dejar algo tan importante, tan personal, tan socialmente convocante, tan políticamente fundamental, en manos que no sintamos propias.