Facebook: el gran hermano que nos vigila y nos domina

Carlos Riedel11 octubre, 2021

Por Pascual Serrano*... El imperio Facebook, que incluye además de esta red social otras como Instagram y WhatsApp, está viviendo sus peores momentos tras su caída el 4 de octubre. Escándalos sobre trastornos en adolescentes, usuarios vips a los que no les aplican las normas y su uso por cárteles de la droga y traficantes de personas muestran un panorama inquietante.

Una investigación de The Wall Street Journal que ha titulado Los archivos de Facebook, ha explosionado en las manos del multimillonario y máximo accionista de Facebook, WhatsApp e Instagram, Mark Zuckerberg.

Según el periódico, "Facebook Inc. sabe, con todo lujo de detalles, que sus plataformas están plagadas de fallos que causan daños de diversa índole, a menudo de una importancia que solo la empresa comprende por completo. Ese es el hallazgo central de una serie de The Wall Street Journal, basada en una revisión de documentos internos de Facebook, incluidos informes de investigación, discusiones de empleados y borradores de presentaciones a la alta gerencia".

"Una y otra vez —continúa The Wall Street Journal— según se muestra en los documentos, los investigadores de Facebook han identificado los efectos nocivos de la plataforma. Una y otra vez, a pesar de las audiencias del Congreso, sus propias promesas y numerosas exposiciones en los medios, la empresa no las arregló. Los documentos ofrecen quizás la imagen más clara hasta ahora de cuán ampliamente se conocen los problemas de Facebook dentro de la empresa, hasta el propio director ejecutivo".

Múltiples escándalos

Los documentos a los que tuvo acceso el periódico suponen una serie de escándalos: La compañía ha construido un sistema privado que ha eximido a los usuarios de alto perfil de algunas o todas sus reglas. El programa, conocido como "verificación cruzada" o "XCheck", fue diseñado como una medida de control de calidad para cuentas de alto perfil. Hoy protege a millones de vip de la aplicación normal de la compañía. Muchos abusan del privilegio, publicando material que incluye acoso e incitación a la violencia que normalmente daría lugar a sanciones.

Caída de las interacciones

En 2018 Facebook modificó su algoritmo al detectar una disminución de la participación de los usuarios, una caída de las interacciones. Los empleados denunciaron que esa modificación premiaba los mensajes más incendiarios y polémicos, pero Zuckerberg se negó a corregirlo. Si cambiaban el algoritmo para que fuera más seguro la gente estaría menos tiempo en la plataforma, clicaría menos anuncios y ganarían menos dinero.

Los empleados de Facebook alertaron de que se estaba utilizando la red por parte de cárteles de la droga y traficantes de personas. Desde Medio Oriente se usaba para atraer a las mujeres a situaciones laborales abusivas. Grupos armados en Etiopía recurrían a Facebook para incitar a la violencia contra las minorías étnicas. También advirtieron a sus superiores sobre el uso de la red para la venta de órganos, la pornografía y acciones de gobiernos contra disidencias políticas. La empresa no actúo debidamente.

Los antivacunas

A pesar de que Facebook apoyó la promoción de las vacunas contra el COVID-19, permitió que los activistas antivacunas inundaran la red. Utilizaron las herramientas de Facebook para sembrar dudas sobre la gravedad de la amenaza de la pandemia y la seguridad del arma principal de las autoridades para combatirla. Incluso cuando los responsables de la red se fijaron el objetivo de frenar el activismo antivacunas se comprobó que no fueron capaces de controlar el resultado. El porcentaje de usuarios de Facebook que difunde dudas sobre las vacunas terminó siendo mucho mayor que en la vida real.

El esfuerzo de Facebook para atraer a los menores es dudosamente ético. Los equipos de empleados llevan años trazando planes para atraer a los preadolescentes de una forma más agresiva de lo que anunciaron públicamente.

Escándalo extendido

El escándalo también afecta a otras redes del imperio Zuckerberg, como Instagram, propiedad de Facebook al igual que WhatsApp. Los investigadores de Instagram han estado estudiando durante años cómo su aplicación para compartir fotos afecta a millones de usuarios jóvenes. En repetidas ocasiones, la compañía descubrió que Instagram es dañino para un porcentaje considerable de ellos, sobre todo las adolescentes.

Hace años que se habla del potencial tóxico de Instagram y otras redes sobre la autoestima adolescente y femenina. Este escándalo es distinto porque se basa en investigaciones internas de marzo de 2020 en las que se señala que "un 32% de las chicas dicen que cuando se sienten mal con su cuerpo, Instagram les hace sentir peor". En público, Facebook ha minimizado constantemente los efectos negativos de la aplicación, incluso en comentarios al Congreso, y no ha hecho pública su investigación ni ha estado disponible para académicos o legisladores que la hayan solicitado.

La protagonista de la filtración

La "garganta profunda" de la información que ha servido de base para los informes de The Wall Street Journal es la exgerente Frances Haugen, quien dijo que "se había sentido frustrada por lo que veía como la falta de sensibilidad de la compañía sobre el potencial de daño de sus plataformas y la falta de voluntad para abordar sus fallas".

En sus declaraciones en el programa de televisión 60 minutes explicó todos esos detalles e información que había recogido tras su trabajo en Facebook.

Fue tanta la importancia de sus revelaciones que Haugen ha sido recibida en el Senado estadounidense para explicar todas sus denuncias. La subcomisión de protección del consumidor de esa Cámara solicitó su comparecencia después de que esta ingeniera informática de 37 años enviara, además de a The Wall Street Journal, a los senadores la numerosa documentación interna de la compañía que muestra sus acusaciones.

(*) Pascual Serrano Jiménez es un periodista y ensayista español, conocido por ser muy crítico con los medios de comunicación como grandes grupos empresariales.

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