Estancias en el Partido de Zárate hacia el 1900

Carlos Riedel1 julio, 2023

Por Arq. Silvia Irene Baccino... La propuesta de esta MIRADA HACIA EL PASADO ZARATEÑO es un viaje en imágenes y textos recorriendo seis cascos de estancias localizados en el Partido de Zárate y cuyas casas principales fueron erigidas entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Los mismos constituyen referentes característicos de la pampa bonaerense; de estilos arquitectónicos que reconocen diferentes vertientes estilísticas -aunque con predominio de los lineamientos italianizantes- nos llevan a imaginar la vida de los estancieros que, en su momento, fueron uno de los más dinámicos motores del progreso argentino. Los textos describen la arquitectura, la rica historia de los establecimientos y la semblanza de los fundadores, varias veces pioneros o personajes destacados. Estos cascos de estancias constituyen un notable patrimonio arquitectónico que merece ser conocido y valorizado en su total dimensión.

 Estancias de Zárate

“SAN ANTONIO”

Por sus antecedentes históricos, sus características paisajísticas y de localización y sus valores arquitectónicos “San Antonio” constituye un exponente significativo del patrimonio rural del Partido de Zárate.

Originalmente fue un antiguo puesto del establecimiento  “Las Palmas” cuya propietaria era -desde 1854- María Ciprina Soler de de la Torre, hermana del general Miguel Estanislao quien tuvo destacada actuación en las guerras de la Independencia.

En el año 1874, fallecida María Cipriana, se produjo el fraccionamiento de “Las Palmas” generándose nuevas estancias; entre ellas “San Antonio”.

Sobre la misma, Vicente Raúl Botta refiere en su “Historia de Zárate. 1648 - 1909” que “San Antonio” correspondió a Alcira de la Torre y Soler, quien contrajo matrimonio con Gregorio E. Rodríguez. Esta última pasó después a Carlos Saavedra Zavaleta, biznieto de Cornelio Saavedra, perteneciendo actualmente a Carlos Salas, y es una de las más hermosas posesiones, con su magnífica casa edificada en la barranca, frente a la conocida vuelta o recodo del Paraná en el lugar, vuelta que también es denominada “San Antonio”, así como el puerto natural que comprende. Esta denominación “San Antonio” es antiquísima: ya recordamos que José Antonio de Otálora mencionó en 1785 el puesto de ese nombre en la estancia de Areco, puesto donde se hallaba por entonces la caballada del Rey.

En 1916 su propietario Carlos Salas emprendió la construcción de la casona principal -que aún se conserva- siguiendo los lineamientos funcionales, formales y estilísticos italianizantes de moda en ese entonces.

San Antonio

La casona, con las habitaciones dispuestas en torno a un patio central con galerías, fue emplazada en el punto más alto de la barranca y más próximo al río controlando, de esta manera, la Vuelta de San Antonio, lugar estratégico para dominar el tráfico del Paraná de las Palmas en una época en que la comunicación fluvial era la vía comercial clave.

Algunos episodios históricos están ligados a este lugar y así lo testimonia, por ejemplo, el emplazamiento en un sector de barrancas -próximo a la casa principal- de una muralla con varias troneras que cumplía funciones defensivas. Según Botta, si bien no se pudo determinar la fecha precisa de su construcción la misma podría estar ligada a los episodios bélicos inmediatos a la Revolución de Mayo o bien podría haberse establecido en 1837 cuando las fuerzas francesas bloquearon el Paraná y habría tenido, también, significado en la posterior agresión anglo-francesa cuando la flota combinada remontaba el río.

SAN ANTONIO

En sus épocas de esplendor la casona estaba rodeada de una frondosa vegetación destacándose, además, la balaustrada de estilo italiano sobre la barranca delimitando la terraza-balcón sobre el paisaje ribereño.

SAN ANTONIO

“NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO”

La casa patronal de la estancia “Nuestra Señora del Rosario” es otro de los ejemplos de arquitectura italianizante localizada en el área rural del Partido de Zárate, con acceso desde el camino que vincula la localidad de Lima y el Paraje Atucha. De líneas simples, la edificación se compone de dos cuerpos que enmarcan un patio central rematando en su parte posterior con la capilla, antigua y de sencilla líneas ornamentales.

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

Un mirador, elemento característico de las construcciones de la época, se destaca en el conjunto. El apacible clima de campo que con su aislamiento y entorno natural -constituido por algunas especies autóctonas y otras exóticas- envuelve a estos lugares haciéndolos atemporales se interrumpe, abruptamente, con la visión contrastante de la estructuras rígidas y geométricas de las centrales nucleares ubicadas en el entorno inmediato.

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

En la década de 1990, en oportunidad de realizarse el primer relevamiento del patrimonio rural zarateño, las construcciones evidenciaban el minucioso trabajo de puesta en valor realizado por sus propietarios y la incorporación de algunas modificaciones sin alterar sustancialmente la estructura originaria de este casco; acciones estas que permitieron la recuperación de una excelente construcción que testimonia una época significativa de la historia local.

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

“LAS ACHIRAS”

También con frente al camino que vincula Lima con el Paraje Atucha se encuentra el acceso a “Las Achiras”, la estancia perteneciente a los descendientes de Florencio Atucha (h) y que, hace algunos años, dio origen a un emprendimiento rural de características residenciales en el que se conjuga lo edificado con su entorno natural conformando un ámbito casi único con una fuerte presencia del río y sus bañados, las barrancas y la llanura pampeana.

La construcción principal -emplazada al borde de la barranca, donde ésta se distancia de la ribera del río Paraná de las Palmas- destaca por sus fachadas compuestas por elementos arquitectónicos de influencias diversas, aunque con un fuerte predominio de los lineamientos italianizantes.  Volumétricamente se compone de un único cuerpo con galerías perimetrales, al cual se agregó sin criterio de integración una construcción de servicios.

LAS ACHIRAS

“SAN JOSÉ”

Originariamente las tierras que conformaron la estancia “San José”  integraban la propiedad de la Compañía de Jesús que, luego de su expulsión de los dominios españoles en 1767,  fue adquirida por Don José Antonio de Otálora, en 1785, y a su muerte heredada por su hija Saturnina Otálora de Saavedra. Subdividida, posteriormente, entre sus herederos le correspondió a su hijo Francisco. En 1893 una parte de la misma pasó a ser propiedad de Doña Justa Lima de Atucha mientras que otra fracción fue comprada por Bernabé de Carabassa, el 5 de julio de 1897.

SAN JOSE

El casco de esta estancia  -que junto con el de  “San Antonio” tiene la mejor ubicación sobre las barrancas, muy próximo al río Paraná de las Palmas- muestra en su composición formal dos estilos fácilmente reconocibles: el sector que mira hacia el río presenta el repertorio propio de la arquitectura italianizante con reminiscencias de una “villa palladiana” por las robustas columnas que conforman la “loggia” y por su tratamiento formal; por el contrario el sector posterior responde a un período anterior evidenciado en sus ventanas, en sus líneas austeras y en la ausencia de elementos ornamentales significativos. Esta oposición entre ambos formalismos refleja el deseo de sus dueños de jerarquizar la fachada desde donde se domina el río.

SAN JOSE

Luego de un período de abandono y deterioro los propietarios que se sucedieron realizaron significativos trabajos de puesta en valor preservando sus características originales y adaptando su planta funcional a las necesidades de entonces.

Hoy forma parte de un emprendimiento inmobiliario de características residenciales y, en virtud de un convenio celebrado con la empresa que desarrolla el proyecto y la Municipalidad de Zárate, fue declarada de Interés Municipal por Ordenanza N° 3500, sancionada por el Honorable Concejo Deliberante de Zárate el 4 de noviembre de 2004.

“EL ADUAR”

La estancia “El Aduar” fue propiedad de Hernán Ayerza, a quien se debió la construcción de la casa principal. Quienes recuerdan la edificación en su época de esplendor  - fue rematada en la década de 1950 - hablan del refinamiento de las costumbres y la fortuna de esta familia relacionada a la Sociedad Rural, entidad de la cual  Ayerza fue miembro de Comisión Directiva durante varios períodos.

EL ADUAR

Si bien el establecimiento explotaba la agricultura, su rasgo distintivo era su haras dedicado a la cría de caballos árabes para montura, siendo los Ayerza los pioneros y principales criadores de estos animales en nuestro país. En efecto, en el año 1892 Hernán Ayerza y su señora María Moreyra emprendieron su primer viaje a Oriente a fin de escoger personalmente sementales y yeguas de raza árabe para su Haras “El Aduar”.  Es así como en Constantinopla compran a Gailán, nacido en 1888, de la familia Kehilan- Abeyeh y en Siria la yegua tordilla Maanaqui, que abrían de ser la piedra fundamental de posteriores producciones.

EL ADUAR

De arquitectura ecléctica, la vivienda patronal del haras presenta una volumetría asimétrica con dos plantas en un sector que remata en una torre-mirador que permite amplias visuales al entorno circundante, en el que domina la desembocadura de los ríos Areco y Baradero en el Paraná de las Palmas. El resto de la construcción es de una sola planta que se desarrolla en torno a un patio central y que presenta características formales simples, entre las que se destaca el encuadre de ladrillo en los vanos.

EL ADUAR

En la actualidad, estas tierras fueron reconvertidas en un club de campo y la casa principal, que presenta un significativo deterioro, deberá ser restaurada por los promotores del emprendimiento residencial en base a lo establecido en un convenio celebrado con la Municipalidad de Zárate - ratificado por Ordenanza N° 3500, sancionada por el Honorable Concejo Deliberante de Zárate el 4 de noviembre de 2004- mediante el cual se la declara de interés arquitectónico y se establecen las pautas y etapas de intervención que deberán ser realizadas con el asesoramiento de la Comisión Municipal de Preservación del Patrimonio Cultural, Arquitectónico y Urbanístico del Partido de Zárate.

EL ADUAR

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EL ADUAR

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“EL RINCÓN DEL OMBÚ”

En el libro “Conociendo el Patrimonio Rural del Partido de Zárate” leemos sobre este establecimiento rural, convertido en la actualidad en la Estancia de Celebración “Ricardo Francisco”, los siguientes comentarios: Las tierras que hoy integran la estancia “El Rincón del Ombú” pertenecieron a la Compañía de Jesús en mayor extensión. Adquiridas en 1785 por José A. de Otálora sufrieron, luego de su muerte, los efectos de la partición hereditaria. En la década de 1820 una de las fracciones, donde se había levantado el casco, fue vendida por el heredero Felipe Otálora a José M. Insúa Díaz quien, por colaborar con el General Lavalle en su frustrada campaña contra Rosas en 1840, debió emigrar. La estancia fue confiscada aunque, años después, el mismo Rosas levantó la medida.

EL RINCON DEL OMBU

Un nuevo fraccionamiento entre los herederos llevó a la formación de nuevas estancias pasando una porción a manos de Rómulo Nazar y una fracción de ésta a Pedro Nazar Anchorena.

 Rincón del Ombú

Rincón del Ombú

Cuando en diciembre de 1979 “El Rincón del Ombú” fue adquirido por el matrimonio Bernardo C. Sáiz Martínez e Isabel A. Saguier, la casona se hallaba en un importante estado de abandono y su capilla profanada, ya que había sido reconvertida pasando a ser utilizada como galpón para animales y materiales, según nos relata Mariano Biocca, uno de los nietos de Sáiz Martínez y actual propietario quien junto a su esposa ha realizado, en los últimos años, una importante trabajo de puesta en valor de este conjunto arquitectónico que comprende la casa principal, de líneas italianizantes, y la capilla que presenta en su composición elementos del repertorio neogótico.

Es indudable que conociendo estas estancias del Partido de Zárate -surgidas en torno al 1900- estamos conociendo no solo su historia y su arquitectura sino también la de la región bonaerense y por extensión la de nuestro país. Hoy, a través de estas referencias históricas y de las imágenes que dan cuenta de sus características arquitectónicas relevantes, se difunden con textos corregidos y actualizados estos testimonios del patrimonio rural para conocimiento de todos  ya  que, en general, son establecimientos no abiertos al turismo o a la visita pública.

Las primeras aproximaciones y relevamientos fotográficos y de documentación fueron realizados, hacia 1990, por la Comisión Municipal de Preservación del Patrimonio Cultural, Arquitectónico y Urbanístico del Partido de Zárate. Eran épocas de tranqueras abiertas, entonces se ingresaba a los establecimientos rurales fácilmente con el vehículo, se conversaba con el encargado y, luego de obtenido el permiso de rigor, se comenzaba el recorrido que iba acompañado, generalmente, del relato histórico. En algunas oportunidades, el propietario se hacía eco de este interés de los integrantes de la Comisión y entonces se podía escuchar la historia de los orígenes y de los primeros tiempos de primera mano, obtener registros fotográficos familiares e interesantes testimonios documentales.

Difundir estos apuntes que describen la arquitectura, los orígenes de estas estancias -que están tan cerca y tan poco se sabe sobre ellas- y la semblanza de sus fundadores tan solo busca  motivar el interés de los lectores en el conocimiento de un significativo patrimonio rural.

Fuentes:

“Era una vez… Zárate”. Arq. Silvia Irene Baccino / Arq. María Luisa Sorolla. Buenos Aires, julio de 1997

“Historia de Zárate. 1689 - 1909”. Vicente Raúl Botta. La Plata, 1948

“Conociendo el Patrimonio Rural del Partido de Zárate. Estancias”. Compiladores: Silvia I. Baccino / Sergio D. Robles / María Luisa Sorolla. Colección Historia urbana y Patrimonio de Zárate. Editorial de los Cuatro Vientos. Buenos Aires. 2011

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