DEGENERADXS: “DE NOCHE, TODOS LOS GATOS SON PARDOS” (III)

Carlos Riedel20 julio, 2017

III

Un relámpago y un trueno acompañado de la voz “ya güeyes, vámonos”, disolvieron la maraña de cuerpos que quedaban dentro de aquel laberinto atemporal. Bruno terminaba una cerveza mientras se vestía. El sudor hacía que los pantalones se le pegaran al cuerpo. Una mano trazó un surco sobre su espalda y lo hizo girar en seco para toparse con un par de labios invasivos. La saliva de ambos se mezclaba con la llovizna salada, que caía de su pelo y le entraba en los ojos.

‒ ¿Dónde andabas, cabrón? Estaba esperándote, pero estabas ocupado con ese güey.‒ Señaló con una mirada desdeñosa a un delgado chacal al fondo del pasillo.

‒Pensé que ya te habías ido.‒ Bruno soltó una risita e hizo una pausa para respirar.

‒Me gustaste, me gustas para todo. Quiero que me vuelvas tuyo.‒ El chico continuó a horcajadas sobre él.

‒Deberíamos seguir esto en otro lugar, no vivo muy lejos.

Cuando salieron, la noche estaba cerrada, la calle solitaria y la lluvia persistía en un rocío ligero. Caminaron por Eje Central mientras hablaban de las cosas que tenían en común. Decidieron pasar al Oxxo por unas cervezas y compartir un porro camino al departamento de Bruno. Subieron las escaleras a tropezones, despertando a algunos vecinos con sus risas. Pasaron la noche en vela, alternando entre cogidas y pláticas, hasta ver el amanecer clarear entre humos. Despertaron bien entrado el día y desayunaron juntos buscando prolongar el momento de su despedida

‒De cierto modo te amo, igual que he amado a todos. No serás el primero ni tampoco el último‒ Le dijo Bruno con una especie de resignación que pretendía ser contagiosa.

‒Eso ya lo sé, sin embargo me gustaría verte de nuevo.

‒También a mí. Eres un chico encantador.

‒ ¿Qué te parece si nos encontramos el próximo fin?

‒Sería genial.

Intercambiaron números telefónicos y pactaron una cita en un bar del centro.

La noche acordada, Bruno salió de su casa apresurado, comparando su avance con el gps. Tocó el timbre de una casa que parecía abandonada. Un sonido eléctrico hizo que el portón se abriera y entró.

LUIS MATUS: (El Espinal, Oaxaca, 1991) Licenciado en Artes Visuales por la Universidad Nacional Autónoma de México. Por otro lado: arquitecto frustrado, ingeniero de imágenes, ‘macuarro’ de las artes, dibujante de perversiones y, más recientemente, escritor improvisado de lengua larga.