La música de la pandemia: Contigo en la distancia, por Gabriel Sánchez Sorondo

Carlos Riedel28 enero, 2021

En proporción inversa a la cancelación de recitales, desde abril de 2020 florecieron proyectos compositivos, grabaciones y shows, tecnología mediante, en un despliegue de recursos alternativos en tiempos del Aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Desde la app de un celular hasta los programas de grabación digitales con que hoy puede equiparse cualquier PC portátil, millones de canciones circularon a distancia y la actividad compositiva se potenció gracias a herramientas que, si bien ya existían, nunca antes se habían revelado tan necesarias ni urgentes como en días de aislamiento.

La avenida principal mostró buen tráfico: bandas como Los Auténticos Decadentes, Divididos, Wos, o Ciro y Los Persas, además de reprogramar sus shows en opciones streaming, compusieron y editaron nuevo repertorio intercambiando música entre sí desde donde les tocó atravesar el encierro. Pero en las diagonales aledañas y a pulmón la vorágine creativa fluyó con fuerza torrencial.

Hubo festivales pioneros, como el Brandon TE VE que organizó el Centro Cultural Casa Brandon y transmitió online en vivo aquel continuado del 10 y 11 de abril, en los albores del ASPO con Miss Bolivia, Paula Maffia, Ópera Queer, Juli Laso, Lucy Patané, Michelle Lacroix, Ibiza Pareo, Djs Carisma, Mana Bugallo, Barbi Recanati y Femigansta.

 

Historias puntuales, como la de Juana Aguirre (vocalista y compositora de la banda Churupaca, junto a Fefo Selles), que avanzó en la grabación de su tercer disco desde la Patagonia, adonde había marchado en marzo, sin imaginar lo que se venía, alternan con artísticas patriadas, como Coronados de Gloria Vivamos (marchas e himnos reversionados) y experimentos hipercreativos como CCCP (Composiciones Colectivas en Cuarentena Popular): canciones que se componían a medida que circulaban. El panorama fue pura fertilidad; los protagonistas lo repasaron, aquí, para Telam.

Mil colores sonando juntos

 

Juana había viajado a comienzos de marzo de 2020 a Bariloche, donde la cuarentena la dejaría varada hasta octubre. Había tomado el recaudo, sin embargo, de viajar con su guitarra y una notebook para grabar borradores que luego se conviritieron en "Mil y un colores" y "El desierto", canciones estrenadas por streaming en junio, en el spotify de Churupaca, que a la fecha cuenta con apenas 18 millones de escuchas, fuertemente incrementadas durante el 2020.

La distancia aquí tampoco impidió el encuentro y la grabación de músicos físicamente alejados pero unidos gracias a las veneradas tics (tecnologías de la información y comunicación). “Viru” Tirachio, guitarrista de Churupaca, repasa: “para completar esas dos canciones, cada quien fue grabando y enviando desde donde estaba la pista de su instrumento –acordeón, violín y percusión– a Fefo, nuestro bajista, y productor artístico, que mezcló y editó el material”.

Cuando el arte ataca

El año en que vivimos en peligro movilizó mucho y especialmente a poliartistas de pulsión inagotable. Julieta Papi, por ejemplo, describe un itinerario calidoscópico en el que se hilvanan nombres e iniciativas en infinito collar germinal: “En invierno de 2020 hice una colaboración con Big Mama Laboratorio y su nuevo tema "Cambia". También participé en el proyecto Universos Oscilantes, homenaje experimental a Aimé Painé, la cantora emblemática del pueblo Mapuche, para el que me convocó Paula Acuña Zustovich”.

Julieta participó a su vez de la muestra de videoarte para la Performance Alegoría Mujer (Vj María Papi, Dj Juli Papi): una investigación artística de las representaciones hegemónicas de las mujeres en cine, televisión y publicidad a lo largo de la Historia, y en "Sílice": compilado de productores mujeres cis, trans y no binaries editado por Fértil Discos con obras de artistas de distintos rincones del mundo: “allí nuestro aporte fue Pachamama, tema de Bienvenidos a la Computadora, dúo de música electrónica fusión que formamos junto a Delia Iglesias; eso lo terminé de mezclar y enviar en abril y se publicó en junio”.

Oportunidades prodigiosas

 

“Sé que todo es prestado en esta vida/ y no me importa sí me traicionó la suerte/ lo que no me mata, me hace más fuerte” cantaba Javier Calamaro en "Milagro", primer track del disco Kimika (2003).

Aquella letra antigua le hizo eco conjugada en futuro. A tal punto, que decidió volver a grabarla, en cuarentena, rebautizada como "Milagro 2020", reversión con fuerte correlato fílmico en youtube: “una maravilla que hicimos con mi mujer en plena cuarentena. La canción, claro, la grabé a distancia arrancando desde mi casa con ProTools, se la pasé al pianista, al bajista y al guitarrista, que me mandaron sus pistas por WeTransfer”. Y aunque todo suena muy extranjero, lo cierto es que la aplicación de esos recursos fue en pandemia esencialmente nacional, popular y federal en términos de producción y circulación".

“Yo ya estoy familiarizado con esta modalidad desde hace años, pero en este que pasó hice muchísimas colaboraciones remotas” cuenta la voz de "Cuarentennial", (álbum generacional, si los hay) publicado en junio de 2020. Todo cambia, y vaya si cambió Javier Calamaro respecto de aquel frontman que casi tres décadas atrás agitaba su rocanrroll rabioso en Los Guarros, cuando nada de lo que hoy nos suena cotidiano –streaming, plataformas, youtube– lo era.

Hágalo usted mismo: el punkismo en los tiempos del cólera

Los programas genéricamente conocidos como DAWS (Digital audio Work stations) entre otras denominaciones del software para grabaciones multipista, expandieron en 2020 su alcance a multitud de nuevos usuarios músicos que aprendieron a compartir archivos, a mezclar canales, a procesar audio, a subirlo a redes como Bandcamp o Soundcloud, e incluso a plataformas más profesionales como Spotify, AppleMusic, Deezer o Tidal.

En paralelo con los autores y compositores, los instrumentistas free lance (que dependen exclusivamente de la continuidad de su trabajo) tuvieron que rebuscárselas y acelerar su relación con la tecnología para seguir en el ruedo: “Lo último que hice desde casa fueron dos versiones de 'Boys don´t Cry' y 'You're Makin' Me High' para una producción de la discográfica Music Brokers, que graba discos de covers convocando a músicos de distintas partes del mundo”, cuenta Nicanor Suárez, bajista y contrabajista de Black Amaya Quinteto, Valentino Jazz Bazar, y Orquesta Brazofuerte.

“Por lo general –agrega Nica– estás grabando una misma canción sin conocerte ni haber cruzado palabra. Después, los temas se mezclan y editan comercialmente para distribución en muchos países”.

Estudios de grabación en una mano

Las aplicaciones telefónicas para hacer maquetas musicales tuvieron su hora dorada en días de confinamiento: Flstudio mobile, Garage band, Ntrack9, BandLab, son algunas de las que permiten mezclar canales de voces, guitarras e instrumentos sampleados. Todas pueden bajarse en versiones gratuitas y fueron aprovechadas durante 2020 para armar bocetos y compartir entre varios participantes una primera impresión, previa a la versión final.

Formaciones emergentes del rock vernáculo, como Bosques, WanChanKein, Match 5, Bestias preciosas, entre otras, se valieron de este recurso, intercambiando luego las maquetas por WhatsApp y, edición mediante, las llevaron a buen puerto, según dan cuenta muy recientes publicaciones en Spotify, Youtube o Bandcamp.

Alta en el cielo y en la nube

 

En el abanico desplegado durante el aislamiento, algunos proyectos relumbran por originalidad identitaria. Es el caso de Coronados de Gloria Vivamosconvocado por Santiago “Negro” González Casares, filósofo y baterista que impulsó la idea de versionar títulos épicos argentinos.

Fede Ghazarossian –compositor, bajista, contrabajista, ex Don Cornelio, Visitantes, Me darás mil hijos, actual Acorazado Potemkin, Orquesta los Crayones y Ezequiel Uhart– detalla: “El Negro, creador de Zaguán Sur, un espacio increíble de arte, empezó a convocar músicos para que grabaran el Himno Nacional Argentino, Aurora (donde yo grabé el contrabajo), la Marcha Peronista, el Himno a San Martín y Evita Capitana".

Es el propio Negro quien amplía desde la costa y por teléfono el origen del proyecto Coronados… “surgió en plena oscuridad pandémica, junto a Federico Terranova –que es amigo de toda la vida– recordando zapadas que hacíamos hace años sobre canciones patrias. Nació con ambiciones precarias: grabamos primero con el celular un pequeño fragmento del Himno Nacional: guitarra de Tito Verenzuela, (Bersuit Vergarabat), después a Sabino Paz en contrabajo desde México y a Julio Coviello en bandoneón”.

Aquellos 70 segundos fundacionales, subidos el 25 de mayo de 2020 a las seis y media de la tarde, llevaban un breve epígrafe que lo decía casi todo: “Proponemos defender la belleza a capa y espada, hoy más que nunca, cueste lo que cueste en esta, la primera entrega que encarna las primeras líneas de nuestro querido Himno Nacional”.

Otra perla se sumó ese invierno: la voz del ex Manal Alejandro Medina, que grabó la Marcha Peronista, de próxima publicación. “En carpeta –anticipa el gestor patriota– tenemos el Himno a Sarmiento, la Marcha de Malvinas, y más; queremos llegar a diez y sacar el disco”.

El tango invencible

La música canyengue siglo XXI puso su cuota de proyectos remados a puro amor y talento. Es el caso de "El tango no murió ni va a morir", disco debut de Fiero. Néstor Gutman (artífice y cantor del trío que se completa con el guitarrista Facundo Mercado y el contrabajista Angel Bonura, dos gigantes del género) recuerda que hacia marzo de 2020 tenía el disco casi listo “pero para mí, todo lo artístico había perdido sentido ante la urgencia sanitaria; lo había freezado. Hasta que Floru Ubertalli, cantante invitada, me insistió en hacer algo con el material y, revisando el repertorio, escuché en la misma canción que finalmente dio título al disco, un mensaje de fortaleza ante la adversidad. Sin embargo, ese era el único tema donde, interrumpidos por el ASPO, no habíamos llegado a grabar la guitarra: teníamos sólo unos borradores tomados directamente con el celular y la calidad de sonido era muy mala. Finalmente, gracias a la magia del sonidista Martín Menzel, la guitarra entró y quedó fantástica”.

Cadáveres exquisitos

Juan Pablo Fernández, voz y guitarra de Acorazado Potemkin –el power trío argentino poético y arltiano por excelencia– también abrió el juego hacia la experimentación: “Participe en un proyecto hermoso: CCCP (Composiciones Colectivas en Cuarentena Popular) algo que empezó tirando ideas en un grupo de WhatsApp de amigos músicos y devino en un cadáver exquisito de canciones donde la regla era que cada quien agregue una pista de audio sobre la que le pasó el compañero. Santiago Pedroncini, amigo del alma y compañero de veinte años en Pequeña Orquesta Reincidentes tomó la batuta y convocó. Se sumaron Claudio Rinaldi, Fernando Salerno y Guillermo Pesoa, entre otros. Santi terminó de armar las ideas, fue productor, arreglador, hizo las perillas y la mezcla. Pero siempre guardando la premisa de que el aporte del compañero no se tocaba”.

“Un espejo en el otro”

 

Juan Pablo puso allí unas guitarras y abrió el baúl personal: “en CCCP grabé cosas instrumentales que tenía hace tiempo en la cabeza y un par de letras que canté. Santiago supo encontrar el potencial de cada idea, de cada sonido que se proponía”.

“El producto final –concluye Juan Pablo– es un disco triple, impresionante y súper profesional, con distintos artes de tapa, hecho por amigos artistas y fotógrafos. Pero el camino fue muy artesanal, cada uno grababa en su casa, con micrófonos buenos o directamente con el celular. Aunque somos muchos y distintos, hay una estética común, solidaria, una forma de trabajo socialista, un norte para un momento muy difícil. Fue una inyección de esperanza, un espejo en el otro”.