El 20 de septiembre la Sociedad UNIONE ITALIANA XX DE SETTEMBRE celebra, en la fecha de la unificación italiana, un nuevo aniversario de la entidad. El edificio de su sede social y el Teatro Coliseo es uno de los más significativos del patrimonio cultural de los zarateños con declaratoria en los niveles nacional, provincial y municipal.

Por Arq. Silvia Irene Baccino

Teatro Coliseo

Hacia 1919, la Comisión Directiva de la Sociedad UNIONE ITALIANA XX SETTEMBRE, presidida por Don Ernesto J. de Michelis, consciente de la necesidad de resolver los problemas financieros que hacían peligrar la continuidad de la misma y ante el receso operado en las actividades del teatro “Italia” (luego cine Unión), “cuyas reducidas dimensiones no ofrecían defensa a los empresarios colocados al frente del mismo, amén de estar ubicado lejos de lo que en ese entonces era el centro de la Ciudad”, pensó en levantar en el terreno que la Sociedad poseía en 19 de Marzo esquina Independencia un teatro y edificio social.

De acuerdo a sus anhelos, Don Ernesto De Michelis pensó que este conjunto arquitectónico debía representar la potencialidad económica y espiritual de la colonia italiana en Zárate y que su construcción resolvería el problema financiero de la institución, con el producido del salón de espectáculos, el bar – confitería y el recinto para bailes y fiestas en general.

El proyecto fue encargado en 1919 al arquitecto Enrique Macchi, profesional de Buenos Aires experimentado en la construcción de recintos teatrales, realizando la comisión Directiva un detallado estudio de la financiación y la promoción del mismo, lo que motivó un gran entusiasmo colectivo. Sin embargo, este proyecto, debido a disidencias internas, debió esperar más de ocho años para su concreción.

En efecto, recién en la asamblea del 27 de mayo de 1927 y, nuevamente con la presidencia de Don Ernesto De Michelis (que habría de ejercerla ininterrumpidamente hasta 1957), la Comisión Directiva y un grupo de socios entusiastas puso a consideración el proyecto realizando una amplia exposición del mismo.

Luego de una agitada sesión, con fuertes discusiones y resistencias de una minoría que, quizás no alcanzaba a valorar la trascendencia del plan propuesto, el mismo fue aprobado por quinientos asociados quienes autorizaron, además, a la Comisión Directiva y a una comisión ad-hoc (la de financiación) a darle forma definitiva.

Una vez aprobado el proyecto, la Comisión Directiva y la de Financiación trabajaron incansablemente para llevarlo adelante siendo Don Ernesto De Michelis el gran animador de la obra.

El triunfo de este monumental proyecto se vislumbró cuando los asociados y el pueblo de Zárate en general, sin distinción de nacionalidades, adhirieron moral y materialmente para la concreción del mismo. El llamado a licitación pública se realizó desde el 1° hasta el 30 de agosto de 1927, a las 15 horas, pudiendo ser adquiridos los “planos, pliegos de condiciones y demás datos en la Secretaría de la sociedad o en el estudio del Arq. Enrique Macchi, Moreno 1352 (4° piso), Buenos Aires, previo pago de 30 pesos”.

La piedra fundamental se colocó el 20 de septiembre de 1927, siendo madrina de la ceremonia la esposa del Dr. Bertero y padrino el Sr. De Michelis. A partir de entonces, comenzaron los trabajos bajo la dirección técnica del Arq. Enrique Macchi, asistido por el Arq. Félix Distasio, siendo adjudicada su ejecución a los constructores José Piccirilli y Adriano Roncaglia.

Destacadas casas de Zárate fueron contratadas para satisfacer distintos rubros de la obra, entre ellas: (Piccirilli y Roncaglia (materiales de construcción); Lanteri y Cravetti (trabajos de madera); Carlos Caissón (yesería); Giuseppe Meliante (instalación eléctrica); Juan Colombo y Cía (pintura); Juan Bonasco y Spinozzi y Pelanta (instalaciones varias en madera); C. y J. Silberman (muebles) y Casa Moriano (cortinados).

Luego de un año de febril actividad se construyeron los 1.780 m2. que componen el edificio total, distribuidos en planta baja, entrepiso y palcos y una planta alta. La rapidez en la ejecución de una obra de tal magnitud no hace otra cosa que confirmar la pujanza y el empeño puesto por los italianos para la concreción de la misma como así también el apoyo brindado por la comunidad local.

Desde el comienzo de los trabajos era intención de la Comisión Directiva inaugurar el edificio el 20 de septiembre de 1928, pero un conflicto de los maestros yeseros obligó a postergar la fecha de inauguración hasta el 12 de octubre de ese mismo año.

Con la sala colmada de público entusiasta comenzó la ceremonia inaugural con el Himno Nacional Argentino, seguido de la Marcha Real Italiana, que fueron ejecutados por la orquesta dirigida por el maestro Cav. Mario Roseger. Luego, el público pudo apreciar la puesta en escena de la ópera “Gioconda” del maestro Amílcar Ponchielli.

El reparto estaba integrado por la soprano Adelaida Agostinelli (Gioconda), la artista M.L. Lampaggi (Laura), el tenor Pietro Tabanelli (Príncipe Grimaldi), el barítono Ignacio Ibarra (Bernardo) y Giuseppe Zonzini (Suane). Destacada oportunidad de lucimiento tuvo, también, el cuerpo de baile en la Danza de las Flores y en especial la primera bailarina Blanca Zirmava. Con esta brillante inauguración quedó habilitado el Teatro Coliseo que, desde entonces, es el centro de espectáculos por excelencia que congrega a gran parte del público local.

Teatro Coliseo

Sus valores arquitectónicos

Constituye uno de los pocos ejemplos de la tipología del teatro lírico italiano en la provincia de Buenos Aires y desde 1928, fecha de su inauguración, se ha convertido en un centro cultural abierto a las distintas manifestaciones locales, provinciales y nacionales de la cultura (música clásica y popular, danzas, teatro, encuentros y conferencias de temas diversos, etc.).

El conjunto arquitectónico, emplazado en una de las esquinas de las calles 19 de Marzo e Independencia, está condicionado por dos de sus lados a una construcción entre medianeras.

El proyecto original incluía, además del Teatro Coliseo con acceso principal sobre la calle 19 de Marzo, la sede social y salón de actos, que ocupan el primer nivel, y un bar – confitería en relación directa con el espacio urbano. Atravesando el pórtico, se ingresa al foyer que da acceso a la sala. Esta sigue la tipología del teatro lírico italiano, en ella la forma típica de herradura permite que todo el espacio vuelque sobre sí mismo y pueda ser dominado desde cualquier punto, ya sea la platea, los palcos bajos o altos, la tertulia y la galería.

El edificio, de definida influencia italiana, presenta una ornamentación austera. En fachada, las dos plantas que la conforman están tratadas con un almohadillado muy marcado y un importante zócalo sirve de base a toda la composición que culmina en un parapeto ciego, escasamente ornamentado. Por el contrario, los balcones de planta alta están perforados y este espacio ocupado por balaustres sobriamente diseñados.

Cuatro paños, ligeramente adelantados con respecto al plano de la fachada, están coronados por frontis triangulares con motivos alegóricos de referencia que, con marcada evidencia, se elevan sobre el resto de la composición. La logia de planta baja y el importante zócalo del primer nivel remarcan el acceso principal, situación reforzada por la presencia de una marquesina metálica que se extiende a lo largo del mismo.

A comienzos de la década de 1970, el afán de “modernización” arquitectónica que alteró edificios existentes sin respetar sus valores patrimoniales llegó también a Zárate y, entonces, la fachada de este conjunto sufrió en el sector de la esquina correspondiente al bar – confitería una desacertada modificación que alteró su sereno y armónico lenguaje.

En las últimas décadas, la Comisión Directiva de la Sociedad Italiana lleva adelante trabajos de puesta en valor y mantenimiento programado en este edificio tan significativo para la cultura zarateña mereciendo particular comentario los trabajos de recuperación de la fachada en el sector modificado y los de restauración del interior de la sala.

El teatro Coliseo y sede de la Sociedad UNIONE ITALIANA XX DE SETTEMBRE fue declarado: Bien de Interés histórico – artístico por Decreto N° 837 del Poder Ejecutivo Nacional, de fecha 21 de junio de 2011; Monumento Histórico y Arquitectónico incorporado al Patrimonio Cultural de la Provincia de Buenos Aires, bajo el marco legal de la Ley 10.419 y su modificatoria 12.739, por la Ley N° 13.866, de fecha 11 de septiembre de 2008 y de Interés Histórico, Cultural y Arquitectónico por Ordenanza Municipal N° 3894, de fecha 16 de septiembre de 2010.

Teatro Coliseo

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

Baccino, Silvia – Sorolla, María Luisa. “Era una vez…Zárate”. Buenos Aires. Julio de 1997.