"Las letras de Charly García son un universo en sí mismo"

Carlos Riedel19 abril, 2014

Mara Favoretto, académica residente en Australia desde el 2003, habló con Infobae acerca de su más reciente libro, "Charly en el país de las alegorías", en el que analiza la obra de uno de los mayores héroes del rock nacional. "Juega con el lenguaje para subvertirlo", afirmó.

Por  Tomás Pojaghi (Infobae)
Charly
-¿Qué fue lo que la impulsó a escribir un libro acerca de Charly García habiendo ya tantos?

-  Charly es un artista que me fascinó toda la vida, crecí con él. El primero disco que compré fue uno de Sui Generis y su música resonó siempre en mí de una manera especial, especialmente sus letras. Más adelante, haciendo mi doctorado, comparé estrategias retóricas de la dictadura militar en relación con la literatura de disidencia e incluí un capítulo que hablaba del rock nacional, porque claramente se trató de un movimiento de disidencia lingüístico y social contra el Proceso. En ese momento dije "tengo que hacer algo con Charly sí o sí" y me puse a trabajar en el libro.

-¿Y por qué analizarlo desde la óptica de la alegoría?

- Porque me intrigaba averiguar qué había detrás de esas letras que habían enganchado tanto y que ya formaban parte del lenguaje cotidiano de los argentinos. Quería saber dónde estaba el secreto, ya que muchas de ellas, pese a ser bastante crípticas, lograban conectar con la gente.

-¿Cómo fue el proceso de investigación?

- Me llevó años. Tenia escritos cuadernitos y cuadernitos, hasta que encontré lo que yo llamo "un universo alegórico". En el libro describo una metáfora que fue lo me ayudó a entender y a encontrarle el hilo conductor a todo lo que él quería decir: las letras de Charly son como un universo que tiene un centro, una primera órbita, que viene a ser el signficado literal, lo más fácil de entender, todo el mundo sabe a qué se refiere. En una segunda órbita, tenés canciones que son un poco mas cifradas, como "Los dinosaurios", que se puede interpretar de diferentes maneras. Y en la tercera órbita, tenés alegorías complejas como las que hay en "Alicia en el pais", "Eiti leda", "Reloj de plastilina", donde el significado no es muy claro y a la vez hay un montón de temas específicos que se repiten constantemente. Hay como una filosofía, una ideología en toda la letrística.

-Curiosamente, esta no es la primera vez que escribe teniendo a las alegorías como referencia. ¿Qué le atrae tanto de este recurso?

- Para mí es interesante cómo muchas veces creemos que a través del lenguaje entendemos el mundo y es al revés, dependiendo de cómo construimos nuestro lenguaje determinamos nuestro mundo. La palabra no tiene poder sobre nosotros, nosotros tenemos el poder sobre la palabra. Esa es la enseñanza de Lewis Carrol, de Charly. Juegan con el lenguaje de una manera que logran subvertirlo. Sobre la alegoría en sí, lo que me atrae es que es un recurso sumamente libre, tenés la libertad de interpretarlo como quieras. Permite una multiplicidad de interpretaciones, que es algo que no pasa, por ejemplo, con la ironía. La alegoria permite una estratificación de significados sin que se contradigan el uno con el otro. A la vez, la alegoría es la figura más antigua. La Bibilia es una alegoría, el Génesis comienza hablando de la división entre la luz y la oscuridad, la alegoría de la caverna de Platón... Es una figura con muchísima historia que continúa evolucionando y aggiornándose en cosas como la música popular.

-¿Piensa que hoy sigue existiendo la necesidad de usar la alegoría más allá del fin estético? ¿Cuál podría ser su sentido en la democracia?

-Sí, comprendo a lo que vas. Claramente Charly empezó a trabajar con la alegoría por una necesidad, ya que no podía decir las cosas de manera directa al vivir bajo una dictadura. Pero después él continúa con esta manera de expresarse pese a ya estar en democracia, es una elección consciente de su parte. Y es que la alegoría cumple muchísimas funciones: la función didáctica, la lúdica, la estética... Por eso, pese a que las cosas podrían decirse de una manera más clara, esta forma sigue vigente en el arte.

-Y Charly era consciente de los significados de sus letras o cree que no tenía dimensión real de lo que estaba conjurando con sus palabras?

- Yo creo que era muy consciente de lo que decía, aunque la mayoría de nosotros no nos diéramos cuenta en el momento. De hecho, Pedro Aznar dijo que él se dio cuenta lo que decía "Alicia en el país" muchos años después. Como lo veo yo, los artistas son la punta del iceberg, ellos de alguna manera representan o expresan lo que todos nosotros quisiéramos decir o estamos necesitando escuchar o no sabemos, por eso nos identificamos y nos logra conmover tanto el arte.

Mara Farovetto

"Charly en el país de las alegorías", de Mara Favoretto (Editorial Gourmet Musical)