Por Armando Borgeaud... El pasado sábado diez finalizó el ciclo dedicado a rescatar una parte representativa de la filmografía del realizador Eric Rohmer, director francés fallecido en 2010, uno de los protagonistas de la Nouvelle Vague junto a Godard, Chabrol y Rivette, entre otros, quienes cambiaron la manera de filmar y concebir el cine en la segunda mitad del siglo XX. El programa se cumplió durante las noches de tres sábados sucesivos comenzando el 24 de febrero y las proyecciones se realizaron en el Patio de las glicinas de la Quinta Jovita. La organización estuvo a cargo del Museo y el archivo de la Quinta Jovita, conjuntamente con los Amigos del Museo. Las películas seleccionadas fueron: La rodilla de Clara ( 1970), Cuento de verano ( 1996 ) y El rayo verde ( 1986 ). La entrada fue libre y gratuita y la selección y presentación y coordinación del debate posterior estuvo a cargo de Armando Borgeaud.
Fueron tres noches soñadas en el patio de las glicinas para ver el cine poético de Eric Rohmer, quien desarrolló gran parte de su obra y especialmente los tres films que se vieron en la Quinta Jovita durante los últimos tres sábados, al aire libre, en días y noches veraniegas donde sus personajes van de un lado a otro conversando de a dos, de a tres, en apariencia sin urgencias más allá de no saber cómo vencer a ese enemigo silencio que condena al mundo, cada vez con más fuerza desde las últimas décadas. La soledad.
Fueron tres noches soñadas. Cada una a su modo, bajo calideces distintas, frescuras sutilmente diversas en las sombras tinta china de las glicinas, los caminitos de piedra ondulados en el perfume dulzón del calor que se va diluyendo hacia los claroscuros, mientras crece la paz de dejarnos llevar por las escenas proyectadas que siempre, irremediablemente nos llevan a nuestro pasado cercano o lejano, siempre y cuando estemos dispuestos a cerrar los ojos de la vigilia del presente continuo.
Noche uno: aires de otoño inesperado en el viento fresco que abriga
La rodilla de Clara y alguna opinión disgustada con la placidez de Rohmer
Fue con la ansiedad de la primera función. Gente llegando de a grupos para confirmar el interés para un cine diferente. La rodilla de Clara y alguna opinión disgustada con la placidez de Rohmer al final, mientras la mayoría, como quien ha concluido la visita de un jardín sencillo pero muy bello, reflexiona como soñando. Misión cumplida
Noche dos: verano perfecto para el verano pastel de Cuento de verano con amores jóvenes.
La noche soñada. La oscuridad cálida como el tacto de una flor. Fuimos llegando más seguros, varias parejas por primera vez pero con la confianza con que se ingresa a un lugar habitado donde ya se han dispuesto las cosas de vivir. Al final, buena conversación sobre la manipulación entre sexos con sonrisas apenas desconfiadas. Y hasta apareció Sartre cuando se leyó el final sin esperanza del muchacho que prefiere la fidelidad de la música
Noche tres: a la hora de salir para el Museo un viento mueve las ramas. Menos la pantalla. Increíble
Y cuando estábamos por levantar todo, fue apareciendo la gente como en secreto, de a dos en dos, humildemente, como se llega a disfrutar lo que la vida nos brindará de todos modos. Y nos reunimos alrededor del cañón como del fuego en invierno. Y conversamos con la película más optimista, El rayo verde, la historia de esa mujer que parece tan débil en su soledad peleando como puede para ser ella misma en medio del facilismo liviano.
Y al final leímos la canción para despedirnos. Con la luz de la cocina, de donde siempre viene el fuego sagrado.
Dulce canción de despedida para un poeta de la cámara
Eric Rohmer ha muerto
Por Clío
Y nosotros queremos más
De esos amantes en los trenes suburbanos
De plazas parisinas
Donde uno sostiene unas manos a lo largo del mar
De la voz de Marie Riviere
De estos maestros de la filosofía
De gente que lee en el metro
Eric Rohmer ha muerto
Y nosotros queremos más
De esos árboles plásticos
De discusiones matemáticas
De todas esas chicas que lloran
De lugares y horas
De humo de cigarrillos
De una chica en un ciclomotor
De muchachos que hablan bajo en el museo Picasso
De habitaciones de estudiantes
De grandes departamentos
De esas bibliotecas
De chicas de pelo marrón enrulado que prefieren hombres mayores
Alrededor de 30 huérfanos estamos esperando la próxima