Cine de verano en la Quinta Jovita: Tres noches encantadas por Eric Rohmer

Carlos Riedel15 marzo, 2018

Por Armando Borgeaud... El pasado sábado diez  finalizó el ciclo dedicado a rescatar una parte representativa de  la filmografía del realizador Eric Rohmer, director francés fallecido en 2010, uno de los protagonistas de la Nouvelle Vague junto a Godard, Chabrol y Rivette, entre otros, quienes cambiaron la manera de filmar  y concebir el cine en la segunda mitad del siglo XX.  El programa se cumplió durante las noches de tres sábados sucesivos comenzando el 24 de febrero y las proyecciones se realizaron en el Patio de las glicinas de la Quinta Jovita. La organización estuvo a cargo del Museo y el archivo de la Quinta Jovita, conjuntamente con los Amigos  del Museo. Las películas seleccionadas fueron: La rodilla de Clara ( 1970),  Cuento de verano ( 1996 ) y El rayo verde ( 1986 ). La entrada fue libre y gratuita y la selección y presentación y coordinación del debate posterior estuvo a cargo de Armando Borgeaud.

Fueron tres noches soñadas en el patio de las glicinas para ver el cine poético de Eric Rohmer, quien desarrolló gran parte de su obra y especialmente los tres films que se vieron en la Quinta Jovita durante los últimos tres sábados, al aire libre, en días y noches veraniegas donde sus personajes van de un lado a otro conversando de a dos, de a tres, en apariencia sin urgencias más allá de no saber cómo vencer a ese enemigo silencio que condena al mundo, cada vez con más fuerza desde las últimas décadas. La soledad.

Fueron tres noches soñadas. Cada una a su modo, bajo calideces distintas, frescuras sutilmente diversas en las sombras tinta china de las glicinas, los caminitos de piedra ondulados en el perfume dulzón del calor que se va diluyendo hacia los claroscuros, mientras crece la paz de dejarnos llevar por las escenas proyectadas que siempre, irremediablemente nos llevan a nuestro pasado cercano o lejano, siempre y cuando estemos dispuestos a cerrar los ojos de la vigilia del presente continuo.

Noche uno: aires de otoño inesperado en el viento fresco que abriga

La rodilla de Clara y alguna opinión disgustada con la placidez de Rohmer

Fue con la ansiedad de la primera función. Gente llegando de a grupos para confirmar el interés para un cine diferente. La rodilla de Clara y alguna opinión disgustada con la placidez de Rohmer al final, mientras la mayoría, como quien ha concluido la visita de un jardín sencillo pero muy bello, reflexiona como soñando. Misión cumplida

Noche dos: verano perfecto para el verano pastel de Cuento de verano con amores jóvenes.

La noche soñada. La oscuridad cálida como el tacto de una flor. Fuimos llegando más seguros, varias parejas por primera vez pero con la confianza con que se ingresa a un lugar habitado donde ya se han dispuesto las cosas de vivir. Al final, buena conversación sobre la manipulación entre sexos con sonrisas apenas desconfiadas. Y hasta apareció Sartre cuando se leyó el final sin esperanza del muchacho que prefiere la fidelidad de la música

Noche tres: a la hora de salir para el Museo un viento mueve las ramas. Menos la pantalla. Increíble

Y cuando estábamos por levantar todo, fue apareciendo la gente como en secreto, de a dos en dos, humildemente, como se llega a disfrutar lo que la vida nos brindará de todos modos. Y nos reunimos alrededor del cañón como del fuego en invierno. Y conversamos con la película más optimista, El rayo verde, la historia de esa mujer que parece tan débil en su soledad peleando como puede para ser ella misma en medio del facilismo liviano.

Y al final leímos la canción para despedirnos. Con la luz de la cocina, de donde siempre viene el fuego sagrado.

Dulce canción de despedida para un poeta de la cámara

Eric Rohmer ha muerto

Por Clío

Y nosotros queremos más

De esos amantes en los trenes suburbanos

De plazas parisinas

Donde uno sostiene unas manos a lo largo del mar

De la voz de Marie Riviere

De estos maestros de la filosofía

De gente que lee en el metro

Eric Rohmer ha muerto

Y nosotros queremos más

De esos árboles plásticos

De discusiones matemáticas

De todas esas chicas que lloran

De lugares y horas

De humo de cigarrillos

De una chica en un ciclomotor

De muchachos que hablan bajo en el museo Picasso

De habitaciones de estudiantes

De grandes departamentos

De esas bibliotecas

De chicas de pelo marrón enrulado que prefieren hombres mayores

Alrededor de 30 huérfanos estamos esperando la próxima