El mundo sigue jodidamente dado vueltas

Carlos Riedel14 noviembre, 2016

Desde Lucerna, Suiza...

trump

Es cierto que vivimos una época turbulenta, pero a pesar de todo me sigue sorprendiendo hasta donde puede llegar la estupidez del ser humano, la insensatez de una nación entera que decide abrazar nuevamente una política de odio. Comprendo que la estupidez social, igual que la crisis económica, es cíclica; cada cierto tiempo regresa con furia torrencial.

Y entonces pienso en este demagogo demencial que aspiró, insólitamente, a ocupar la Casa Blanca y lo logró.

El apocalipsis electoral ya se ha consumado. Un ser patológico y amoral ha sido electo presidente de la primera potencia militar del mundo. Y esta es una noticia que debería provocar, cuando menos, pavor.

Mediante el voto de sus seguidores y adeptos este fulano logró acceder al poder. Y entonces resulta bastante fácil observar quienes son sus seguidores: cazadores y patriotas que temen una conspiración para quitarles sus armas de fuego; hombres y mujeres idiotas, individuos incultos o escasamente informados que se aferran a una virilidad amenazada o a tradiciones retrógradas; habitantes de comunidades rurales o económicamente deprimidas que se sienten sobrepasados por la marea incontenible de la modernidad, indefensos ante una inmigración que no pueden controlar; desconcertados norteamericanos (en su mayoría de raza blanca), llenos de prejuicios raciales.

Por todo esto envío en primer lugar mi más sentido pésame a mis hermanos mexicanos, porque en esa tierra viví y porque es también la patria mía.

Y finalmente creo que si, que es verdad; que el ser humano no aprende y que el mundo sigue jodidamente dado vueltas.