"Y un día me fui con los hippies..."

Carlos Riedel30 enero, 2018

Por Osvaldo Tesoro... Y un día me fui con los hippies y... Es un fragmento de una canción de Charly García, donde expresa como fue que encontró el contraste a su cotidianidad. Todos conocemos la historia de John Smith y Pocahontas, un conquistador inglés que se enamora de una indígena.

La historia que voy a contar también es de un John que vino desde Inglaterra pero varios siglos después y en lugar de conquistar tierras vino a estudiarlos con el fin de terminar su tesis en antropología en la universidad de Oxford y lograr su doctorado.

John H Palmer conocido como el etnólogo, vino a argentina en el año 1974 y conoció al pueblo Wichi, en una fiesta de fin de año de la comunidad se enamoro de Basilia su esposa y madre de sus 6 hijos trilingues.

En lugar de llevarla a Inglaterra decidió quedarse y luchar por los derechos de estas comunidades. Hoy residen en una humilde casa en la ciudad de Tartagal desde donde encabeza su lucha por las tierras amenazadas por la frontera agro que se expande.

El 23 de enero de 2018 - Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Fundación Vida Silvestre y Greenpeace le enviaron una carta a Marcos Peña, Jefe de Gabinete de la Nación, expresando su preocupación por el incumplimiento de la Ley Nacional de Bosques Nativos.

La finca Cuchuy corresponde coincidentemente al empresario Alejandro Braum Peña, primo del actual jefe de gabinete. En el lugar Greenpeace ha estado realizando distintas acciones que inmovilizaban topadoras tratando de ganar tiempo para que la clase política tome decisiones a favor del bosque y de las comunidades que habitan en él.

El 25 de enero, estando en Tartagal con un grupo de corresponsales, Hernan Giardini, coordinador de la campaña bosques de Greenpeace nos dice: “Celebramos que la Nación y la provincia de Salta tomen la decisión de defender a los bosques y su gente. Se estaba cometiendo un crimen y violando impunemente la Ley de Bosques, y la casa, el almacén y la farmacia de comunidades indígenas. Gracias a la presión de la gente, Braun Peña deberá sacar ya a las topadoras del bosque”.

Increíblemente y con un giro inesperado se había ganado la campaña. Y no solo ordenan parar los desmontes si no también reforestar lo ya arrasando, imprudentemente, agregó el coordinador.

Una vez ocurrido esto nos dirigimos a la comunidad Corralito, para informar a los familiares de John la buena noticia, en el lugar nos recibió Ángel, cacique de la comunidad contándonos como se estaban quedando sin recursos.

En el año 2014, el INAI - Instituto Nacional de Asuntos Indígenas - los visitó recorriendo las hectáreas vecinas al asentamiento, reconociéndoles la posesión de la tierra y que en 20 días volverían con los documentos necesarios.

Al 2018 todo ese territorio se encuentra desmontado y siguen esperando la llegada de los documentos prometidos. No es difícil entender la paciencia y buena voluntad de los Wichis, no entienden como alguien puede faltar a la palabra. Si les prometieron algo,, esperaban que lo cumplan aunque lleve mucho tiempo, creen que el bosque en algún momento renacerá.

Esta es la época que les a tocado a ellos, todo esto lo explica Palmer en su libro "La buena voluntad Wichi" (2005); Amancio joven de la comunidad un poco más descreído por la rebeldía que la juventud inspira, nos contaba como vio morir a sus familiares esperando una ambulancia.

Relató que se levantan a las 4 am y con sus redes pescaban en la laguna, si querían miel la encontraban en el bosque y con eso eran felices sabiendo que los recursos iban a estar disponibles día tras día.

Hoy en esa misma laguna ven morir a los animales que beben el agua contaminada con distintos agroquímicos, ya no hay recursos ni de caza ni recolección, además  el agua es un bien escaso, pero como dice John Palmer, la resistencia Wichi es la paciencia.