Una triste noticia y la despedida de un amigo: falleció el Dr. Héctor Vulic

Carlos Riedel16 enero, 2018

Por Jorge Collado... Hoy a la 1:50 en el Hospital Regional de Zárate, murió del Dr. Hector Vulic, mi amigo “El Colorado”.

El mejor pediatra que haya dado esta ciudad, se formó con los grandes y fue un gran médico. Comprometido con sus pacientes y con la sociedad. Se formó como médico pediatra en el Hospital del Niños Ricardo Gutierrez y los más encumbrados pediatras argentinos.

Fue discípulo predilecto de Carlos Gianantonio. Decidió ejercer su profesión en su pueblo y trabajó en cada sala de pediatría donde un niño necesitara su ayuda. Un verdadero sanitarista que siempre estuvo al lado de las poblaciones más marginales. Fiel a sus conceptos como médico denunció los casos de contaminación por plomo cuando una fábrica de baterías ventaba material contaminante que afectaba a la población, especialmente a menores.

Nos hicimos amigos porque cuando vuelvo a vivir a Zárate y pienso en un pediatra para mis hijos, le pregunto a mi hermano y el me dice: “Ni lo dudes, Vulic”.

¿Por qué tengo que llevarlos con él?, le pregunto. Entonces me cuenta que en una oportunidad teniendo a mi sobrino en una situación complicada, un domingo le fue a golpear la puerta de su casa en la calle Chile.

El Colorado estaba pintando el consultorio, manchado de pintura, le pidió que le pasara la dirección que iría a verlo. Mi hermano le dijo, te vine a buscar, necesito que lo veas ahora. El tipo se subió al auto y fue a ver a su paciente.

Cuando lo fui a ver a ese consultorio de la calle Chile y 19 de marzo, tenía una foto del médico más famoso que ha dado esta tierra, me refiero al Dr. Ernesto Guevara de la Serna, ahí en su consultorio estaba la figura del “Che” con su mirada perdida una tarde en La Habana, seguramente mirando un futuro venturoso.

El mismo futuro venturoso por el que luchó cada día de su vida El Colo. Nos hicimos amigos y nos elegimos mutuamente. Tuve la dicha de compartir su vida, su intimidad, su familia.

Siempre tuve de él una palabra de aliento, una charla entrañable, una alegría compartida, tardes y noches de asado, música, anécdotas de una vida vivida al máximo de intensidad.

Frontal, visceral llevó una vida vertiginosa en lo personal. Quizás tratando de robarle un poco más, porque conocía la muerte y le había visto tantas veces la cara y le había arrebatado unas cuantas criaturas a La Parca, y ella lo supo vencer en algunas oportunidades. Hoy en el combate que no se puede ganar, La Parca le ganó, pero no se entregó sin luchar.

Chau Colo. Hasta La Victoria Siempre. Despido tu cuerpo pero vos seguís vivo, porque el que vive en el corazón de los demás ¡nunca morirá!