Se trata de un pedido por Guillermo Rivelis

Carlos Riedel28 diciembre, 2020

Se votará en el Senado la aprobación o no de la Ley de interrupción voluntaria del embarazo. Como ocurrió días pasados cuando se votó en la Cámara de Diputados, probablemente adherentes a la causa "verde" y adherentes a la causa "celeste" llegarán a la Plaza del Congreso a expresar sus respectivas posturas.

Hay, en ambas pertenencias, algunas posiciones extremas que se manifiestan en términos acusatorios y violentos respecto de quienes adhieren a la otra postura. Entiendo que no es la mayoría, ni en uno ni en otro caso.

Aun en el contexto de la clara diferencia, puedo encontrar denominadores comunes: la defensa de la vida y de los derechos. La diferencia, insalvable en el presente, es que la vida y los derechos no están definidos de la misma manera por cada una de las perspectivas respecto de la otra.

Cristina Fernández de Kirchner, siendo Presidenta de la Nación, en un momento de su vida personal y política en el que parecía no estar de acuerdo con el dictado de una ley en favor de la interrupción voluntaria del embarazo, pero refiriéndose a otras cuestiones, dijo ante la emoción y adhesión de muchísimas personas: "La Patria es el otro". Cabe esperar que con esa expresión se estuviera refiriendo también, y especialmente, al otro que piensa distinto y no sólo al otro que piensa igual. Si a esto que manifestó quien fuera dos veces Presidenta de los argentinos y, actualmente, Vicepresidenta, así lo consideráramos, entiendo, entonces, que verdes y celestes son, respectivamente, el otro (la Patria) del otro. Lo mismo para peronistas, macristas, socialistas, radicales, apartidarios…

Se anticipa para nuestro país, aun contando con las vacunas, un rebrote del Covid-19. ¿Febrero? ¿Marzo? ¿El inicio del invierno? La incertidumbre es la marca de este tiempo. Nuestros médicos y todos los otros trabajadores de la salud (con independencia de la postura que cada uno de ellos tenga respecto del tema a tratar en el Senado y acerca de otros), aunque ya exhaustos, habrán de brindarnos, si así fuera, una nueva muestra de responsabilidad, de compromiso con la vida y de humanidad, sin preguntarle a la persona que atenderán (el "otro") su pertenencia de ninguna índole.

Los ciudadanos deberíamos contribuir con quienes nos cuidan y con nosotros mismos. Aun a riesgo de generar desacuerdos, creo que debo ser sincero con los lectores que me concedan el favor de leer estos renglones, y decir que me resultó sumamente inadecuado, el ofrecimiento de velar a Diego Maradona, astro indiscutido del fútbol argentino y mundial, en la Casa de Gobierno. Porque aun cuando el "casi" verano y el cumplimiento de algunas medidas de protección pudieran limitar la proliferación de contagios, de todos modos se trató, así lo entiendo, de una imprudencia respecto del problema que nos aqueja. Imprudencia, oficialmente legitimada.

Es en función de estas consideraciones, tomando como base que tanto quienes adhieren a la interrupción voluntaria del embarazo como quienes no están de acuerdo con ella se proclaman (de diferente manera) a favor de la vida y tomando en cuenta que hoy todos los habitantes de este país seguimos estando en riesgo, es que formulo este pedido. Para "verdes" y "celestes", por ustedes, por las personas que van a estar en contacto posteriormente con ustedes, por el factor exponencial del contagio: si deciden reunirse y manifestarse, háganlo con cuidado, usen barbijos, mantengan la distancia adecuada, respeten los protocolos y, muy especialmente, mantengan la calma, la prudencia, el respeto por el "otro" y las distancias requeridas en el momento del festejo o de la decepción.