Las Largas Noches de Marzo (por Miguel A. Di Fino)

Carlos Riedel22 marzo, 2017

“…Habla de que la plata ya no sirve para un carajo, de la quiebra de empresas, de la invasión de boludeces importadas, Habla, en fin, de lo que todo el mundo sabe, que él conoce bien además por su trabajo en Luchini & Monsreal, y que los alarmantes informes de María Angélica le recuerdan a cada rato.

Perugia lo escucha con atención. Después sonríe paternalmente, y despacito, empieza a tallar él. Intenta mostrar una vasta erudición sobre el tema; habla del producto bruto interno, de las exportaciones, del dólar subvaluado, del mercado cambiario y la mar en coche. Y termina haciéndole ver a un Sanctis totalmente asombrado que las cosas en realidad van mucho mejor de lo que la gente supone, que Sanctis no tiene la menor idea de lo que es una conducción económica a alto nivel, que unos añitos más, y el país va a pasar al frente.

-Acordate de lo que te digo. Estos tipos saben lo que están haciendo. No creas todo lo que escuchás por ahí…( de “La larga noche de Francisco Sanctis” de Humberto Costantini, pág. 149/150- edit. Bruguera, 1° edición, 1984-Bs.As.).

El libro de Costantini –recientemente hecho película-, narra la noche que se iniciara en el día 14 de noviembre de 1977 y se prolongara hasta la madrugada del día 15, en el cual se concretan los objetivos impuestos (y autoimpuestos) a Francisco Sanctis; horas que transcurren y que, entre otras cosas, lo llevan a reflexionar y mantener una charla con su ex vecino y amigo Perugia; charla de la que se transcribe un breve fragmento, que adquiere relevancia y significación en tanto y en cuanto también podría ubicarse su contenido en un noviembre más reciente o en este febrero o, más preciso aún, en un cercano mes de marzo o en otros marzos que pasaron u otros que vendrán…

Porque lo que allí se expresa, exhibe posiciones, visiones de una realidad contrastada más allá de quienes dan sentido a un relato que, no por reiterado, refleja en este otro tiempo parte de los mismos argumentos esgrimidos para cancelar alusión alguna que remita a una realidad hegemonizada –en estos tiempos-, por la “cultura de los CEOS” que impregna a la Patria argenta, en detrimento de una historia reciente que recibe, reiteradamente, los deseos de quienes, inicialmente, verían a la “teoría de los dos demonios” como el guante de calce perfecto para justificar los dichos del “carapintada” Gómez Centurión o el intento de promoción ante la CIDH del “defensor” Dr. de Casas, dos emblemas apenas de la vulneración de políticas en DH en la actualidad.

Difícil omitir en el breve recuento de 14 (catorce) meses de gobierno PRO/UCR, tanto la prisión de Milagro Sala como hechos protegidos por el “escudo mediático” de aliados comunicacionales, para los que los “Panamá papers” de Macri son historia pasada que no hace mella en el “cambio” político y “ético” que vino a instaurar el “republicanismo macrista”; ni tampoco las medidas del gob. Morales, que vulneran (de mínima) garantías del debido proceso para el colectivo de la “Tupac”, o los DNU para transformar en móviles los días 24 de Marzo o los 2 de Abril, que acompañan modificaciones a las ART, o la baja de la paritaria nacional docente, constituyendo un sinnúmero de medidas “imperiales” que poco se condicen con el supuesto de brindar “transparencia” y “sujeción a derecho” en la gestión pública, degradada por el accionar macrista/radical “per se”, no por ninguna “pesada herencia”…

Así, teñidos los tiempos de una “lógica” que trasciende cualquier “grieta”, en la que preservar, defender políticas en DH, expone a quienes continúan haciéndolo a ser tildados de “militantes K”, como si eso entrañara no se sabe qué “pecado original”, cuando en realidad son las distintas vertientes y protagonistas de la militancia en DH, las que siguen sosteniendo el campo yermo con que la alianza en el gobierno, quiere convertir las reivindicaciones (y los derechos), surgidos tanto de años kirchneristas como los acumulados en la experiencia histórica previa (y continuada), que marcó a una sociedad argentina en las que opiniones como las que sustentan personajes de la novela de Costantini, se reiteraron (se reiteran) desde hace años que permiten confrontar, en términos generales, modelos de país en los que tanto derechos de las mayorías como de la minorías, deberían sucumbir frente a una prolongada jeringosa económico-social, reiterada hasta el hartazgo por acólitos, genuflexos y alcahuetes, continuadores de políticas liberal/conservadoras/fascistoides, que siguen engañando y seduciendo a un “mediopelo” argento, que cree que su destino de bienestar económico es igual al de éstos, sin ver (hoy y antes también) que aunque insistan en emularlos, para ellos seguirán siendo “cabecitas negras!, por más que puedan tener celulares, TV de 50 pulgadas, aire acondicionado o auto nuevo.

En este contexto general, y más en el local, éste cronista no puede menos que lamentar que frente a adversarios tan poderosos –empresarios, medios, gobierno, etc., etc.-, llegué otro 24 de Marzo en el que se siga creyendo que enfrentarlos, divididos, es la mejor opción para realizar, de mínima, un acto militante por los DH, Porque la cuestión no es quiénes son más “K”, más “troskos”, si un sobreviviente sufrió más que otro o si a un familiar le pasó lo mismo. En cada 24, cada dolor, cada ausencia, es una sola presencia si se logra compartirla con quienes han acompañado desde hace años la preservación de los DH en el pago chico, provengan de la militancia que provengan, coincidan o no unos u otros…Pero no deja de ser una expresión de deseo de uno más.

No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos: memoria, verdad y justicia.

Vos ve.