La pesadilla de unas docentes zarateñas: violento asalto en Panamericana... "¡Tirale, tirale!"

Carlos Riedel13 septiembre, 2017

El hecho sucedió en la madrugada del viernes y trascendió en las últimas horas, unas docentes que con sus familias pensaban pasar un fin de semana en Mar del Plata, aprovechando el Día del Maestro del lunes, vivieron una auténtica pesadilla en plena Panamericana cuando fueron víctimas de un violento asalto. Así se lo relató una de las víctimas, en primera persona, a nuestra colega, Patricia Fragosa, Cabletel Noticias, Canal 4.

"Ahora estamos bien pero todavía con mucho miedo", le cuenta Ana María a nuestra colega y relata que aprovechando el feriado docente del lunes por el Día del Maestro, con un grupo de compañeras habían decidido pasar el fin de semana en Mar del Plata.

"Nos llevaba mi hijo en su camioneta, cuando a la altura del Hotel Sofitel, un adoquín puesto en pleno carril rápido le hizo estallar un neumático", continúa y añade que por fortuna su hijo pudo controlar el vehículo sin que sufriera otra consecuencia y estacionarlo en la banquina. Ahí comenzó la pesadilla.

"Descendió para ver que había pasado y fue cuando se dio cuenta que iban a robarnos", remarca y dice que comenzó a advertirles de la situación a los gritos.

"Yo intenté comunicarme con el 911 pero vi que muy cerca había un patrullero y después vi que otros dos pasaban por el lugar, así que bajé de la camioneta y empecé a hacerles señas con mi campera", continúa Ana María y fue entonces cuando dos sujetos surgieron de la oscuridad portando una mochila negra.

"Nos gritaban que nos tiráramos al suelo y que les entregáramos los celulares, yo pude salvar el mío arrojándolo en el interior del habitáculo", afirma, señalando que los individuos estaban muy violentos y uno portaba un arma parecida a una escopeta recortada.

"Mi amiga no quería entregarle su reloj porque era un regalo de sus hijos y uno le gritaba al del arma ¡tirale, tirale!. Fue muy dramático el momento", recuerda con angustia y asevera que después los delincuentes, huyeron llevándose hasta las valijas.

"Lo llamativo es que los móviles policiales nunca se acercaron, cuando hablé con el 911 y conté la situación tampoco enviaron a nadie y pasado un tiempo, recién arribaron al lugar", subraya. "Es imposible que no nos hayan visto, gritábamos y salía humo desde la goma que se había reventado".

El capítulo de la denuncia fue la otra etapa de este mal sueño, "estuvimos un montón de horas para que nos dijeran que no podían hacer nada, hasta el mismo Fiscal nos lo dijo", asegura la docente y cuenta que en ese ínterin, la hija de una de sus amigas pudo rastrear su celular y lo ubicó en la zona del barrio Las Praderas.

"Lo informamos, encontramos el domicilio porque averiguamos nosotros en el vecindario pero el allanamiento ordenado un par de horas más tarde dio negativo y nos recriminaron que había cinco pequeños que lloraban... Claro fueron a la dirección equivocada", dispara con impotencia.

"Conclusión, no quiero pensar en complicidades, solo quería que los autores de los que nos pasó fueran detenidos para que no le ocurra lo mismo a otros. Fue una pesadilla de la que todavía nos cuesta despertarnos y encima nos quedó ese aroma feo, que quienes están para cuidarnos no hicieron nada, solo ponernos obstáculos e ignorarnos cuando los necesitábamos", cierra Ana con todavía esa mezcla de impotencia y horror en su rostro.

La pesadilla de unas docentes que solo querían celebrar su día.