Historias de Taxi: el TC Pista de un zarateño que generó locura y polémica

Carlos Riedel13 mayo, 2020

Darío Laccette revolucionó los boxes del TC Pista al presentar el particular diseño, pero sólo duró dos carreras.

El 11 de abril de 2004 se disputó la cuarta fecha de la temporada del TC Pista en el autódromo de Balcarce. Parecía que iba a ser una carrera más de la telonera, pero no fue así. Casi sin publicidades, pero con la combinación del amarillo y el negro en su Ford, Darío Laccette tomó contacto con la pista y así nació la historia del “Taxi”, ese auto que generó locura y también polémica.

“La verdad que fue una idea que surgió de un amigo mío y que también tenía que ver con mi abuelo, que se dedicaba a eso. Me convencieron de pintar el Ford como un taxi y justo en esa época me ayudaban muchos amigos para armar el auto, entonces terminó siendo como una decisión en conjunto. Más allá de que andábamos bien, ese Falcon no tenía un gran potencial, pero como era un desafío para nosotros y queríamos correr en TC Pista, lo hicimos”, relató a modo de introducción Laccette.

Sin embargo, el oriundo de Zárate nunca pensó que iba a tener tan repercusión en el circuito emplazado en la ladera de la sierra La Barrosa.

“Fuimos a Balcarce con el auto pintado como un taxi y como yo no sabía plotear, salimos con el parabrisas pelado, por lo que el aspecto era aún mayor. En la primera tanda ya generamos una locura, porque además del diseño, también andaba rápido. Una vez terminado el día, la gente paseaba por los boxes y todos querían sacarse una foto con “Taxi”. Realmente estaban locos con el auto”, prosiguió.

La particular decoración del Falcon número 14 no solo trajo el apegó de la gente, sino que también sedujo a los empresarios. “Al ver la movida que se generó, yo tenía un acompañante que empezó a moverse para ver si podíamos contar el aporte del Sindicato de Peones de Taxis. Si ellos se sumaban, sabíamos que podíamos correr en las mejores condiciones, porque siempre habíamos participado con mucho esfuerzo. Igualmente nos las rebuscábamos con menos presupuesto para poder ser protagonista”, explicó.

Y agregó: “El apoyo del gremio estaba muy cerca porque se vio que toda la gente estaba enloquecida con lo lindo que estaba el auto, lo rápido que andaba y por cómo había surgido la idea de pintarlo así. Pero aparentemente no gustó”.

El boom que tuvo el “Taxi” le permitió a Laccette conseguir más recursos para correr, pero comenzaron los chispazos con la Asociación Corredores Turismo Carretera (ACTC). “Después de la carrera de Balcarce, conseguimos la ayuda de algunos empresarios y con eso pudimos alquilarle un motor a Jhonny Laboritto y mejorar el auto. Se venía la carrera de Buenos Aires y antes de eso, hicimos una prueba en La Plata. Ese mismo día me llamaron desde la ACTC y me pidieron que cambie los colores del auto porque le estaba trayendo problemas a la institución”, afirmó.

Sin embargo, el Falcon no cambió su combinación aurinegra para la cita que se llevó a cabo el 2 de mayo en el “Coliseo Porteño”.

“Llegamos el jueves al Autódromo y como yo tenía el número 14 me tocaba ir a los boxes. Pero cuando bajamos el auto, nos mandaron a la zona de carpas. Sin embargo, el sábado cae un amigo de la hinchada de Ford y me trajo luces de colores y me consigue el cartel luminoso que dice ‘Libre’. Se había armado tal locura que me volvieron a pedir que lo pinte de otra manera, pero no lo hice”, remarcó.

La competencia en el trazado capitalino fue el comienzo del fin para la “Taxi”. “Ya en la final, venía cuarto, lo pasé a (Marcelo) Cotignola y giros más adelante, él se toca con el (Esteban) “Toto” Piccinin a la par mía y se despistan. Pasan un par de vueltas y me sacan bandera negra a mí. Entré a los boxes y fui muy caliente a hablar con los Comisarios Deportivos. Sin poder ponernos de acuerdo salí del camión y en una nota periodística me fui de boca”, recordó.

Aquel momento de calentura le valió una visita a la sede de la categoría en el barrio porteño de Caballito y una posterior suspensión. “El lunes me llegó una carta donde me citaban a la ACTC. En un primer momento no iba a ir, pero por la insistencia de mis amigos, fui. Después de una reunión en la que estuvimos un rato largo, me dieron una fecha de suspensión y ahí se terminó la historia del Taxi”, puntualizó.

Laccette corrió algunas competencias más con ese Ford, que cambió su color, y luego fue reemplazado por uno cero kilómetro. “Después lo pintamos de negro y a la vuelta de la suspensión, salimos segundos en Río Cuarto y tercero en otra carrera más. En ese lapso de tiempo hicimos un Falcon nuevo y el “Taxi” lo vendimos”, finalizó.