Historia y arquitectura de antiguas estancias en el Partido de Zárate

Carlos Riedel15 julio, 2023

Por Arq.Silvia Irene Baccino... La región en la que se encuentra el Partido de Zárate estaba poblada, en tiempos anteriores a la conquista española, por diversos grupos indígenas: los guaraníes en las islas del Delta y en las costas, los pampas en las llanuras bonaerenses y grupos guaycurúes, especialmente chanas, en las islas del sur del Delta y desembocadura del Paraná.

ARREO DE GANADO

Décadas después de la fundación de Buenos Aires -1580- las tierras fueron adjudicadas, como mercedes reales a distintos beneficiarios entre los años 1604 y 1605, pero la mayoría de ellas pasaron a ser propiedad, bajo diversas circunstancias, de la Compañía de Jesús que organizo una gran explotación agraria destinada al sostenimiento económico del Colegio de San Ignacio en Buenos Aires. La Orden fue expulsada de todos los territorios del imperio español por el rey Carlos III en 1767 pasando a ser administradas sus propiedades, por espacio de dieciocho años, por la Corona a través de la Junta de Temporalidades.

Luego, en 1785, gran parte de estas tierras fueron compradas en subasta pública por Don José Antonio de Otálora, caracterizado vecino de Buenos Aires que desempeño diversos cargos públicos y a partir de su muerte, en noviembre de 1815, repartidas entre sus herederos.

Hacia fines del Siglo XVII Gonzalo de Zárate -de origen paraguayo- poseía también tierras en esta zona, con frente al Paraná de las Palmas, adquiridas a los herederos de las primitivas mercedes. En consecuencia, hacia esa época, todas las tierras de nuestro Partido quedaban comprendidas dentro de estas dos únicas propiedades y, por consiguiente, en ellas existe un significativo patrimonio histórico-arquitectónico y paisaje cultural, con antiguos cascos de estancia que dan cuenta, la mayoría de ellos, de la etapa de auge del período agro-exportador (1880-1930) y que responden a diferentes lenguajes arquitectónicos y que en el diseño de sus parque incorporan al medio natural árboles de lejanas tierras que aportan nuevos colores y texturas cambiantes en cada estación

Las mercedes reales fueron dando forma a la unidad productiva de la época: la ESTANCIA  como explotaciones de poca intensidad debido a las debilidades de los mercados posibles.

El Partido de Zárate fue testigo del proceso evolutivo experimentado en el desarrollo económico de estos espacios productivos. Las estancias que se generaron inicialmente tenían cabezada sobre las barrancas que daban acceso al agua pues sin ella no había posibilidad de explotación; eran tiempos de peonadas formadas por esclavos negros y unos pocos criollos que se sumaban al trabajo en el incipiente establecimiento rural. Los cueros eran lo único que tenía valor de mercado; la carne no tenía posibilidad de ser conservada y se perdía.

EN LAS PALMAS

Ya en periodo independiente se abren nuevos caminos con la libertad de comercio y la posibilidad de la producción de tasajo, que sirvió de alimento a los esclavos en Cuba y Brasil dando lugar al establecimiento de los primeros saladeros en nuestra región.

Más adelante fue determinante la producción lanar para llegar en las últimas décadas del siglo a la afirmación de la agricultura y, luego, al avance tecnológico que revoluciona la economía agropecuaria: el frigorífico que permitió un aprovechamiento integral del ganado.

Estancias de Zárate

Los edificios e instalaciones iniciales que conformaban las estancias acompañaron esta evolución y desarrollo productivo en el sector agropecuario. Como lo expresa el arquitecto Carlos Moreno -Vocal de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos-:

“Las simples construcciones de los primeros tiempos, un rancho o poco más, con los cambios en los mercados se transforman en sólidas construcciones proporcionales a la economía rural que les daba sustento, a la valorización de la producción, a la seguridad relativa de la campaña y a las nuevas posibilidades del transporte que dan los barcos a vapor y ferrocarril. Los cascos de las estancias van reflejando esos cambios, desde las elementales instalaciones con ranchos y un ombú se transforman en instalaciones modernas con comodidades para las familias, muchas de las cuales veranean en ellas y así aparece una arquitectura rural con buen diseño y cierta monumentalidad. Los jardines y, en otra escala, los parques diseñados por paisajistas le darán un marco escénico casi universal donde poco se parece a las cosas de la generación pionera, a aquella que consolidó  el campo. Toda la economía regional crece y también sus puntos de encuentro que se trasformaron en instalaciones e infraestructura.”

 estancias

estancias

Las principales estancias

En la publicación “Conociendo el Patrimonio Rural del Partido de Zarate. Estancia”, se refiere “que los principales cascos de estancia tienen como eje el antiguo camino real a Santa Fe - aunque caído en desuso desde el siglo XVII - ubicándose buena parte de ellos en inmediaciones de la ribera, dominando el río.

Así encontramos en el llamado Camino de la Costa Brava las estancias de “El Socorro”, “El Carmen” y “San Ana”; sobre el camino viejo a Lima o del Paso Ancho, que fuera el primitivo camino real: “Las Palmas”, “San Antonio”, “Nuestra Señora del Rosario”, “Santa Rosa”, “Las Achiras”, “San José”, “El Aduar” y “El Paraíso”. En cambio hacia el interior, próximo a la Ruta N° 9, sólo se destacan “El Rincón del Ombú” y en El Tatú: “Santa Lucía”.

estancia

CELEBRACION EN LAS PALMAS

EL ADUAR

EL PARAISO

EL RINCON DEL OMBU

LAS PALMAS

En la mayoría de los casos, se trata de propietarios de importantes extensiones de tierras no vinculados al lugar, pertenecientes a familias poderosas de la oligarquía terrateniente bonaerense como los Fernández Anchorena, Nazar Anchorena, Quesada Pacheco, Ayerza, cuya presencia no significó una integración con el área urbana de Zárate siendo, en cambio, la localidad de Lima, el centro de servicios al cual se vinculan.

Silvia Fotos

Santa Rosa

- Imponente imagen de la vivienda principal, capilla neogótica y torre de la estancia Santa Rosa diseñada por el arquitecto francés Le Monnier y construida para la Familia Fernández Anchorena en el Partido de Zárate -

 Las Palmas

Estas familias construyeron sus cascos de estancia conforme a dos tendencias arquitectónicas que responden a distintos momentos: la estancia criolla de líneas simples (abarca hasta 1880) y, posteriormente, hasta el año 1930,  las estancia que incorporan las influencias europeizantes (italiana, francesa e inglesa), desconectadas del paisaje pampeano y que testimonial el gusto cultural de la oligarquía terrateniente y, que  por otro lado, pone de manifiesto el poderío económico alcanzado por la misma mediante la consolidación del modelo agro-exportador.”

“LAS PALMAS”, una estancia histórica

En las proximidades de la estación del mismo nombre del Ferrocarril Mitre y sobre el  camino que vincula a Zárate con Lima, se encuentra el acceso a la estancia “Las Palmas” cuyas construcciones -de antigua data- guardan en su interior variados y valiosos testimonios históricos.

Históricamente está muy ligada a acontecimientos que se sucedieron en Buenos Aires a partir del 1800; entre ellos puede citarse que luego de la rendición de Beresford, en 1806, durante la Primera Invasión Inglesa, estuvieron prisioneros en la estancia seis oficiales británicos y que a poco de producida la Revolución de Mayo esta estancia -en ese entonces de José Antonio de Otálora, suegro de Cornelio Saavedra, presidente de la primera Junta de Gobierno- fue atacada con particular ensañamiento y saqueada por los marinos realista de Montevideo, que recorrían el río Paraná asaltando pueblos y estancias localizados en sus orillas y que en 1813, al paso de los granaderos de San Martín que se dirigían a San Lorenzo, recibieron en este establecimiento la provisión de víveres y ayuda diversa.

En sus orígenes “Las Palmas” formaba parte de una extensión rural varias veces mayor a la actual, cuya tenencia fue evolucionando tal como se ha descripto inicialmente (beneficiarios de las primeras mercedes reales; Compañía de Jesús; Don José Antonio de Otálora)

En la citada publicación “Conociendo el Patrimonio Rural del Partido de Zárate. Estancia” se detalla en los siguientes términos quienes fueron sus propietarios luego del fallecimiento, en noviembre de 1815, de Don José Antonio de Otálora: “…se efectuó la partición hereditaria, en 1821, correspondiendo a su hija Ana María -segunda esposa de Benito González Rivadavia y padre de Bernardino futuro presidente de la República-  una fracción sobre el Paraná de las Palmas y el arroyo homónimo, que había correspondido a uno de los puestos  de la estancia mayor. Allí se levantó un nuevo casco, que constituyó la primitiva casa, de muros coloniales, ventanas enrejadas y un mirador al que se llegaba por una escalera caracol.

Ana María no tuvo hijos de su matrimonio y, entonces, su sobrina María Cipriana Soler pasó a ocupar un lugar preferencial en los afectos de la anciana, a tal punto que el esposo de ésta, Rufino de la Torre -hacia la década de 1830- administraba la propiedad.

En 1840, la familia debió refugiarse en la Banda Oriental, al ser perseguidos por Juan Manuel de Rosas como represalia por la ayuda que brindó al General Lavalle en su campaña contra el gobernador bonaerense. Los bienes de De la Torre fueron confiscados y la estancia “Las Palmas” pasó a ser administrada tiempo después por el general Miguel Estanislao Soler, cuñado de aquél. Pocos años antes de la caída de Rosas, la familia se vio favorecida por una amnistía general, por la cual se le restituyó la propiedad.

Ana María falleció en la estancia en 1857 dejando por heredera a su sobrina María Cipriana Soler. A su muerte, en 1875, la estancia fue subdividida entre sus trece hijos correspondiendo el casco a Rufino (h), quien la vendió al poco tiempo a Benito Villanueva, siendo adquirida posteriormente, en 1895 por el coronel Alfredo F. de Urquiza, nieto del caudillo entrerriano.

Urquiza, remodeló la vieja casona agregándole un empinado techo de tejas y galería perimetral; asimismo mandó construir la cabaña y diseñar el parque rodeado de un hipódromo donde se vareaban los caballos que criaba. Además plantó la arboleda de las avenidas que recorrían cien hectáreas de terreno ondulado y que recibieron el nombre de miembros de las familias Urquiza, Pacheco, Anchorena, y otros.

Su hija, María Lucila casada con el Dr. Vicente Quesada Pacheco (bisnieto del general Ángel Pacheco) hereda la estancia y se esfuerza por conservarla y en resaltar su historia. Dinámica y de carácter firme, dirigió y administró “Las Palmas” hasta su muerte.

La propiedad pasó a sus hijas: Lucila Eleonora (casada en primeras nupcias con Benito Nazar Anchorena y en segundas con Luis Alberto Aragón), Eleonora Lucila (casada con Gonzalo Ángel Bosch) y Laura Esther (casada con Ignacio Darío Urien).”

Las Palmas

En la década de 1950 un incendio destruyó no solo la casa principal sino, también, recuerdos y documentos históricos que conformaban el archivo familiar.

El casco actual se encuentra en lo que fue la cabaña y ha sido adecuada para albergar a la familia durante sus visitas a la misma; la descripción arquitectónica en la obra precedentemente citada refiere que “El cuerpo central es de dos niveles, con paredes de gruesa mampostería, pisos de cerámicos rojos con motivos esmaltados, escalera metálica de caracol y pesada carpintería de madera con rejas. Las dos alas, más bajas y perpendiculares al cuerpo central, poseen un notable forjado en su estructura metálica, presentan cubierta de chapas y piso de ladrillos. Estas edificaciones responden, en atención a sus características simples y austeras, a los lineamientos de la arquitectura pampeana de principios del siglo XIX en tanto que los detalles tecnológicos de la estructura nos hablan de la influencia de la arquitectura utilitaria inglesa, que comienza a utilizarse en nuestro país en el último cuarto  del Siglo XIX. Esta dualidad en la lectura del edificio quizá nos lleve a la conclusión de que la cabaña que construye el coronel Urquiza se adosó a depósitos existentes mucho más antiguos, formando un conjunto en forma de herradura que enmarca el parque junto con la casa principal, que se mantuvo hasta el incendio de esta última.”

Las Palmas

El cuerpo central es de dos niveles, con paredes de gruesa mampostería, pisos de cerámicos rojos con motivos esmaltados, escalera metálica de caracol y pesada carpintería de madera con rejas. Las dos alas, más bajas y perpendiculares al cuerpo central, poseen un notable forjado en su estructura metálica, presentan  cubierta de chapas y piso de ladrillos.

Estas edificaciones responden, en atención a sus características simples y austeras, a los lineamientos de la arquitectura pampeana de principios del siglo XIX en tanto que los detalles tecnológicos de la estructura nos hablan de la influencia de la arquitectura utilitaria inglesa, que comienza a utilizarse en nuestro país en el último cuarto  del Siglo XIX.

Esta dualidad en la lectura del edificio quizá nos lleve a la conclusión de que la cabaña que construye el coronel Urquiza se adosó a depósitos existentes mucho más antiguos, formando un conjunto en forma de herradura que enmarca el parque junto con la casa principal, que se mantuvo hasta el incendio de esta última

En otro sector que había formado parte de la antigua estancia Las Palmas se estableció, en 1885, el frigorífico del mismo nombre, fundado por James Nelson, siendo el cuarto establecimiento en el país y el primero en localizarse en el Partido de Zárate.

Fue en sus instalaciones donde se ensayó por primera vez el método de enfriado hacia 1900. Por entonces se sacrificaban 400 novillos y 5000 capones diarios. Según detalla el Digesto Municipal de 1908, el establecimiento ocupaba 470 hectáreas y se fabricaban jamones y embutidos, carne congelada para exportación, sebo derretido, manteca, grasa, lenguas en conserva. “En todas estas tareas ocupa 600 obreros cuyo trabajo diario mantiene a un núcleo importante de población, cuyas familias representan unas 3000 almas”.

El significativo valor histórico; la singular belleza de este lugar, caracterizado por su añosa arboleda, el colorido del parque y las edificaciones como telón de fondo han motivado la Declaratoria de Interés Municipal de la estancia “Las Palmas” por Ordenanza N° 3382, sancionada por el Honorable Concejo Deliberante de Zárate el 8 de mayo de 2003.

Las Palmas

Fuentes consultadas

Asociación Amigos del Museo de Zárate / Quinta Jovita  -  Ituzaingó 278 - Tel. (03487) 422038

amigosmuseozarate@yahoo.com.ar / lajovita@argentina.com.ar

Quinta La Jovita