En Zárate, Carnavales eran los de antes...

Carlos Riedel12 febrero, 2024

Por Arq. Silvia Irene Baccino... La celebración del carnaval constituye una oportunidad significativa para investigar y difundir el quehacer cultural de antaño. Hablar del carnaval en Zárate, es hablar de tradiciones y de personajes, es hablar de los corsos y entradas, es hablar de las veladas bailables en locales conocidos por su tradición, es hablar de juegos de agua y serpentina, es hablar de las comparsas, es hablar de Don Saverio Mancuso,  es hablar de las orquestas locales, es hablar de…

El carnaval constituye una de las fiestas populares de mayor antigüedad y tradición en la historia de la humanidad y se estima que su celebración tiene un origen probable en los rituales paganos a Baco, el dios del vino; en los festines que se realizaban en honor al buey Apis en Egipto o en las "saturnalias" romanas, en honor al dios Saturno.

Varios historiadores han señalado que los primeros carnavales se remontan a más de 5000 años y más precisamente a la civilización Sumeria considerada como una de las más antiguas del mundo. En ella la mayor parte de la población se dedicaba a la agricultura (cultivaban cebada, dátiles, garbanzos, lentejas y mijo, entre otras producciones) y, en reiteradas ocasiones, fuertes catástrofes naturales destrozaron sus cultivos; por ello estas festividades se fueron naturalizando entre la población para que los dioses les ayudasen en su difícil tarea de agricultores.

Refieren, también, que la tradición no se detuvo allí y que la celebración llegó a Egipto y al Imperio Romano, desde donde se difundió por toda Europa y, más tarde, a América traída por navegantes españoles y portugueses en la época de la conquista y de la colonización que tuvo lugar a partir del siglo XV.

Con el paso del tiempo el carnaval fue adoptado por los pueblos de tradición cristiana; con la expansión religiosa esta celebración experimentó un gran auge y pasó a denominarse carnaval. El término proviene del latín “carne levare” que significa “quitar la carne“, en referencia a la prohibición religiosa de consumir carne durante los cuarenta días que dura la cuaresma. Los días previos eran una fiesta, donde casi todo estaba permitido y por ello todos se tapaban la cara para guardar el anonimato. Por lo general, esta celebración duraba tres días denominándose carnestolendas y precedían a la cuaresma con inicio en el Miércoles de Ceniza.

En España, durante el reinado de los Reyes Católicos, ya era costumbre disfrazarse en determinados días con el fin de realizar bromas en los lugares públicos hasta que, en 1523, el rey Carlos I dictó una ley prohibiendo las máscaras y enmascarados siendo, a posteriori, el rey Felipe IV el encargado de restaurar el esplendor de las mismas.

Con el devenir de los siglos, el carnaval fue adoptando estilos propios en distintas partes del mundo haciendo que los escenarios donde se desarrollan atraigan a miles de turistas de otras latitudes para admirar, cantar y bailar con el paso de las comparsas tal como sucede con el Carnaval de Río de Janeiro en Brasil, el de Oruro en Bolivia, el de Venecia en Italia.

La celebración del Carnaval motivó, además, a notables pintores a través del tiempo; entre ellos destacan las siguientes obras de Francisco de Goya y de Pablo Picasso.

-“El entierro de la sardina” de Francisco de Goya. En la escena se contempla a la multitud bailando y bebiendo junto al estandarte de Momo. El carnaval se presenta así con cierto tono de amargura y violencia, en un cuadro de vigor expresionista. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ( Madrid)-

-Arlequín con espejo. 1923. La composición permite apreciar el nuevo lenguaje artístico de Pablo Picasso, tras su viaje a Italia en 1917, y la inspiración de los grandes maestros clásicos, bajo la libertad de su anterior experiencia cubista. El cuadro forma parte de la Colección  Thyssen-Bornemisza-

También en la Argentina los carnavales tienen una larga tradición resultante de la fusión entre cultura foránea y nativa. En una apretada síntesis puede señalarse que, en 1771, el entonces gobernador de Buenos Aires Juan José de Vértiz autorizó en esta ciudad los bailes de carnaval en locales cerrados. El 13 de febrero de 1795 el virrey Arredondo prohibió "los juegos con agua, harina, huevos y otras cosas" en tanto que en los años siguientes a la Revolución de Mayo el elemento de diversión por excelencia fue el agua.

En esa primeras décadas del Siglo XIX si bien existían medidas preventivas previas al carnaval, en general estas no eran respetadas; las peleas y los actos de vandalismo comenzaron a ser comunes y es por ello y por otras razones de índole política que el 22 de febrero de 1844, el brigadier Juan Manuel de Rosas prohibió por decreto la celebración del carnaval.

Las festividades se reanudaron recién en 1854 pero, esta vez, estaba todo muy reglamentado: se realizaban bailes públicos en diversos lugares, previo permiso de la policía, y había mucha vigilancia para prevenir los desmanes de las décadas anteriores.

El primer corso se efectuó en 1869 participando en él máscaras y comparsas; al año siguiente, una disposición policial permitió, además, el desfile de carruajes.  En aquellos tiempos, los vecinos jugaban con agua durante el día, disfrutaban los corsos que comenzaban en la tarde y en la noche acudían a los bailes públicos o particulares.

-Celebración de Carnaval en uno de los barrios porteños-

En 1909 se suspendieron los corsos por los continuos incidentes que se producían en ellos; a partir de 1915 muchas de las famosas comparsas fueron desapareciendo siendo reemplazadas por las murgas integradas, en un principio, por jóvenes menores de veinte años que apelaban de modo desafiante al grotesco.

A lo largo del Siglo XX los bailes organizados en los clubes de los distintos barrios porteños sucedieron a los desfiles de carrozas; fue disminuyendo la organización de los corsos y los festejos y feriados de Carnaval sufrieron varias prohibiciones hasta su restitución en los primeros años del Siglo XXI.

Recordando la celebración del Carnaval en Zárate

-La calle 19 de Marzo, desde Belgrano hacia Ituzaingó, se halla ornamentada para celebrar el Carnaval en 1901-

A fin de recordar en esta MIRADA HACIA EL PASADO ZARATEÑO la celebración del Carnaval en nuestra comunidad en las primeras décadas del Siglo XX, se transcriben dos notas publicadas en “EL ECO DE ZÁRATE”, referidas a los preparativos del corso en el año 1916, y una detallada crónica publicada en el diario “EL PUEBLO”, en dos notas consecutivas en las ediciones del viernes 11 y del sábado 12 de febrero de 1983, firmada por Observador:

“EL ECO DE ZÁRATE”. Nº 1142. Zárate, febrero 19 de 1916

CARNAVAL. Los preparativos para el corso

Continúan con todo entusiasmo los preparativos para el corso de carnaval. Las comisiones designadas para recolectar fondos, han dado principio a su misión con un resultado bastante bueno.

Se ha resuelto construir dos palcos, uno para la banda del cuerpo de bomberos, contratada para amenizar la fiesta, y otro frente al local del Centro de Comercio, para la comisión y para las familias que se inviten.

Ha sido nombrado también el jury para la adjudicación de premios, el que está formado por los señores Francisco M. Rosas, Pedro Silvetti, Pedro H. Guerci y Pedro C. Gauthier.

Se sabe que se preparan algunas novedades para el corso, que se presentarán a disputar los premios.

Concurrirá, naturalmente el centro criollo “La Flor Campera” que tiene un excelente cuadro para los bailes nacionales y desde ya se puede anticipar que llamará la atención.

“EL ECO DE ZÁRATE”. Nº 1144 Zárate, febrero 26 de 1916

CARNAVAL. LA FLOR CAMPERA

Uno de los números que dará mayor animación a las fiestas, lo constituye sin duda el centro criollo La Flor Campera que, como su nombre lo indica, es el cultor genuino de nuestras costumbres tradicionales; que cultiva con verdadero amor, con noble sentimiento y con corazón argentino.

La Flor Campera saldrá en corporación en los días de carnaval, para visitar las autoridades, los periódicos locales y personas de su relación, ejecutando un variado repertorio de bailes, diálogos y cantos nacionales.

Nos anuncian su visita por medio de una nota en la que puede verse una hermosa décima, de puro sabor criollo, como saludo del centro

AVE MARÍA

Pa calmar las amarguras

Que en el pecho vellaquean

Por el poblao se pasean

Estos criollos de alma pura

Nacidos en la llanura

Donde nace el gaucho rudo

Con la honradez por escudo

La lealtad como bandera

El centro La Flor Campera

Les presenta su saludo

“EL PUEBLO”. Viernes 11 y sábado 12 de febrero de 1983

“Fue allá en los tiempos viejos, se celebraba en todo el país el Carnaval, momentos dedicados a las diversiones, grandes regocijos, máscaras, bailes, procesiones burlescas y serpentinas.

Las reuniones para programar el carnaval se realizaban en la Sociedad Argentina de S.M., donde está actualmente el Mercado de don Felipe Nicolás en calle Belgrano entre Moreno y Lavalle. La apertura del corso se iniciaba con una bomba de estruendo y la Comisión con el Jurado se ubicaba en el palco oficial, situado en la calle Justa lima de Atucha. El comisario con gallardía montaba un hermoso caballo y se aprestaba a solicitar el permiso correspondiente a las autoridades para comenzar la fiesta e iniciar sus recorridas. Los palcos muy hermoseados diseminados en las aceras a orilla de la calle.

Hacían su entrada las carrozas, una de ellas adornada con un gran zapato y sentada en él una hermosa joven, los carruajes adornados con flores y serpentinas, le seguían las comparsas locales con su orquesta, banda La Papelera Argentina integrada por un conjunto de cincuenta personas usando galeritas negras copa redonda, a cargo del maestro Cavasoni; Banda La Zarateña dirigida por el maestro Mariano Falliveni, Banda del Cuerpo de Bomberos Voluntarios dirigida por el maestro Felipe Defrancesco, Blanco y Negro, La Flor, Campera, la Estrella del Oriente fundada en 1916, entonando su marcha:

Otra vez contentos

al pueblo venimos

y todos decimos

en coro triunfal

y suben hasta el cielo

dulces melodías

cantamos alegres

feliz carnaval.

 

Esta sociedad

Estrella del Oriente

saluda a este pueblo

con amor ardiente

y todos unidos

cantamos alegres

alegrar a este pueblo

que tan digno es.

El Centro Coral y Musical La Lira fundada en 1930, director Elam J. Preaux, La Juventud del Norte, la murga con ritmo cadencioso seguía con su redoblar de tambores y platillos, los candomberos. A principios de este siglo XX se presentó la comparsa Los Astros sobre la Tierra, integrada por la personal de la Fábrica de Papel (hoy Celulosa Argentina), fue muy aplaudida por su brillante actuación y se hicieron muchos comentarios favorables; concurría también la paisanada en su rancho de paja, montado en una carreta tirada por bueyes, allí se mateaba, saboreaban ricas empanadas y chorizos que se asaban en la parrilla, los paisanos con su china en anca, le seguía la yegua madrina con su tropilla. Los gauchos recorrían las calles improvisando canciones de su vasto repertorio acompañados con su guitarra y eran muy aplaudidos. Cocoliches con sus palabras italianizadas y picarescas con gusto y gracia dentro de los límites de la moral y del respeto.

-Zárate. Recuerdo del Centro Criollo “El Fogón”. Carnaval de 1932-

-Centro Criollo “La Tradición” que recibió el primer premio especial en el corso del Carnaval de 1931-

-Don Saverio Mancuso-

Hacía su pasaje un gran señor vestido de negro, galera de felpa copa alta, grandes bigotes, de bastón, en una carroza bien adornada con flores, tirada por dos caballos oscuros, era muy aplaudido por el público don Saverio Mancuso (el Rey del Capuchino), como así también los imitadores de Chaplin. Se intercambiaban entre la juventud palmeritas fabricadas con amor en rafia, ramitos de flores, nardos con su exquisito perfume y nacía alguna declaración de amor. Entre los coches se formaban colchones de serpentinas, jugaban con pomos y papel picado muy correctamente. También hacía su aparición el infaltable Pierrot con su hermosa Colombina, payasos con sus bufonadas hacían reír a niños y adultos.

-En la década de 1920…-

-Las tarjetas postales testimonian como los niños posaban especialmente vestidos para las festividades de Carnaval-

-Dos niñas zarateñas dedican esta tarjeta postal a sus tíos. 1928-

-Las carrozas desfilando en la calle Justa Lima de Atucha; los festejos de Carnaval concitaban en la segunda mitad del Siglo XX una notable participación de nuestros vecinos tanto en la preparación de los desfiles como en su presencia en los corsos-

En el año 1920 hizo su aparición un tanque de guerra, similar a aquellos que se usaron en la gran conflagración europea en el año 1914, fabricado por los hermanos Gijena y Calderoni, dirigido por Herculano Christello suboficial de la Marina, a los costados sus cañones hacían disparos produciendo un gran estruendo, recibiendo el primer premio por la genial idea.

También, el mismo año recibió de Las Palmas la visita del Carro Romano, al año siguiente El Infierno con Lucifer y su séquito de diablos, más tarde el Patio Andaluz con un conjunto de andaluzas muy hermosas que parecían propiamente de Andalucía, que algunas de ellas se encariñaron con Zárate y con el correr del tiempo se unieron en matrimonio: América Posse de Palacios, Dora P. de Ruiz Moreno, Inés P. de Bertolino y Eva P. de Favret. Estas magníficas novedades que no se olvidan, fueron presentadas por las hermanas Posse, las que fueron muy aplaudidas y elogiadas por los concurrentes.

El corso muy animado como siempre, se realizaba la elección de la Reina del Carnaval. A pesar de que estaba prohibido el juego con agua y su término se anunciaba, todos se retiraban en orden y muy satisfechos de la noche vivida, pero al final del último día, de las azoteas tiraban bombas y baldes con agua, como finalizando la fiesta de contornos agradables y muy concurrida.

No terminaba la noche sin dar la serenata al pie de la ventana guitarra y cantor, al término de la canción la dedicaba, diciendo entre otras cosas, esta serenata es para la señorita (¿) de parte de fulano de tal que viene a perturbar su dulce sueño, de adentro se oía un muchas gracias con voz trémula, abriéndose la ventana para saludarlos e invitarlo a tomar una copita de licor. Cuántos hermosos recuerdos que quedan para toda la vida.

También se efectuaban bailes familiares (asaltos, pero no a mano armada), consistía en convidarse, llegar con la orquesta y tomar de sorpresa a los dueños de casa donde eran muy bien recibidos por su presentación, pasando momentos de sano esparcimiento y entusiasta algarabía entre los presentes. Bienvenido Carnaval 1983.”

En estas festividades de carnaval la calle Justa Lima de Atucha fue el escenario por el cual transcurrían los distintos personajes carnavalescos. Desfiles de carrozas familiares y comerciales, concursos de disfraces, abundante serpentina y papel picado, lanzaperfumes, varas de nardos, la picardía de Don Saverio Mancuso… Todo contribuía a la sana diversión del público que desde hora temprano se acercaba para ubicarse en el mejor lugar de la principal calle zarateña.

Fuentes consultadas:

·Baccino Silvia Irene y Sorolla María Luisa: “Era una vez… Zárate”. Buenos Aires, 1997

·Diario “EL PUEBLO”. Zárate. Ediciones viernes 11 y sábado 12 de febrero de 1983

·“EL ECO DE ZÁRATE”. Ediciones Nº 1142, febrero 19 de 1916 y Nº 1144, febrero 26 de 1916

·Baccino Silvia Irene. “Miradas hacia el pasado zarateño” Colección Historia Urbana y Patrimonio de Zárate. Buenos Aires, abril de 2015

 Asociación Amigos del Museo de Zárate Quinta Jovita - Ituzaingó 278 - Tel. (03487) 422038

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