A 21 años del crimen de Susana Edith Canteros: violencia y violación grupal seguida de muerte...¡Impune!

Carlos Riedel13 abril, 2017

El sábado 13 de abril de 1996,  Susana Edith Canteros, sale de su casa a las 22 hs rumbo al Club Pellegrini para encontrarse con Cristian Zorrilla, con quien se habría citado telefónicamente, nada volvería a saberse de ella, hasta que tres días después un llamado anónimo al canal de televisión local, denunciaba la presencia de un cadáver escondido entre las malezas de un baldío en la esquina de Julio A. Costa y Sargento Cabral, a sólo cuatro cuadras del lugar donde algunos testimonios señalaron que la habían visto por última vez...

El cuerpo encontrado era de una adolescente, estaba desnudo y vejado, con golpes y hematomas y profundos cortes en las zonas genitales. Era Susana Edith Canteros, que estaba desaparecida desde el sábado anterior.

En los días previos al desgraciado hallazgo, su familia la buscó desesperadamente, Susana padecía de epilepsia, y el primer paso , fue Cristian Zorrilla, quien la había citado para esa noche y no concurrió.

Zorrilla, dice no saber que le pudo haber pasado y da a entender que le habría pasado el dato a sus amigos y los menciona. Amelia Ibarra, hermana mayor de Susana, va con la policía a las casas de los nombrados pero no obtiene ningún resultado.

Con el hallazgo del cadáver, comenzó para la familia una dramática odisea buscando Justicia. Las primeras conclusiones del SEIT, -Servicio Especial de Investigaciones Técnicas-, señalan que la víctima presentaba huellas de trompadas y arañazos en el rostro, fractura maxilar, lesiones en todo el cuerpo, heridas hechas con objetos cortantes en la zona genital, esfínter destruído.

También concluye que la violación y el crimen se perpetraron con la participación de dos o más personas. Según un informe forense posterior, el deceso se habría producido 48 horas antes de hallado el cadáver, es decir durante la noche del domingo 14 y la madrugada del lunes 15.

El cuerpo fue guardado en frío hasta ser trasladado hasta el lugar en el que fue hallado. Tendría restos de tierra y vegetación de otro lugar, además de dos hematomas en las rodillas que harían sospechar que fue arrastrado sin vida tomándolo desde las piernas. También fue minuciosamente lavado para borrar huellas.

La Jueza Andreini, interviniente en la causa, ordena que se pericien las uñas de la víctima en La Plata, pero las muestras viajan en un frasco sin lacrar y los peritos no pueden actuar porque de esa manera no hay garantías de que se conserven vestigios periciables.

En Zárate ya se comenta que habría "peces gordos" involucrados en el horrendo crimen. El Juez Porta que reemplaza a la Dra. Andreini, en uso de licencia, resuelve detener a cuatro sospechosos, Guillermo Pesalache, Miguel Angel Pattini, Hilda Patricia Molina y Pablo Adrián Romero. ¿El motivo?, un testigo declaró que vio a Canteros subir a un auto rojo, los detenidos tenían un viejo Peugeot rojo. Pero el vehículo sería mucho más nuevo que y de otra marca, por lo tanto después de doce días recuperaron la libertad por falta de mérito, aunque siguieron imputados en la causa.

Comienzan las marchas del silencio, A principios de mayo de ese, según lo declarado por Amelia Ibarra, Alicia Cabrera de Laría, compañera del equipo de Acción Social del PJ y tía del imputado Pesalace, se habría acercado a su casa para contarle lo que se comentaba en su entorno: los autores del crimen serían "el hijo de Oscar, el hijo del Dr. Insausti y el hijo de Vitucho", en referencia a un hijo del intendente Oscar Morano, un hijo del pediatra José Insausti, y un hijo de un vendedor de automóviles de apellido García.

En ese momento Amelia Ibarra no le creyó, por lo que no se hizo eco de la denuncia. Con el curso de la investigación, cambió de opinión ante las demoras, desvíos y presiones sufridos en la causa.

Casi dos años después Cabrera de Laría desmentiría estos dichos en un careo judicial con Ibarra.

La familia ya no confía en la investigación policial, aumentan las dudas y las sospechas de la participación de poderosos en el encubrimiento del crimen.

Amelia Ibarra intentó conseguir patrocinio jurídico en la misma Municipalidad, ya que ella trabajaba con el grupo de Irene Trevisol, primera esposa y madre de los hijos del intendente Morano. En un despacho del municipio habla con el Dr. Antón, que además es familiar de la Jueza de la causa, quien le dice que no se puede hacer nada. Ante el desamparo jurídico, Ibarra intenta hacer su propia investigación.

En septiembre, en una casa del Barrio Burgar, dos jóvenes aparentemente jugaban con un arma. A Víctor Hugo Giusti se le habría escapado un disparo de calibre 22 que se introdujo en el cráneo de su amigo, Eleodoro David Galván, de tan sólo 18 años.

El orificio de entrada del proyectil estaría en plena frente y la trayectoria sería de arriba hacia abajo. Galván fallece luego de cinco días de agonía.

Giusti queda libre a menos de doce horas del hecho, a pesar que la causa se caratulará como homicidio culposo. La madre de David Galván, Antonia Ríos, está segura de que a su hijo lo mataron. Se lo dice a la Juez Boero Mansilla, pero no le hacen caso.

Se hizo una reconstrucción del hecho donde no participa ningún abogado ni ningún familiar de la víctima, y luego no se produce ninguna otra investigación.

Meses después, dos tíos de David Galván, declaran que el joven estaba muy atemorizado en esos días, ya que habría visto la noche del crimen de Susana Canteros a tres jóvenes pasar en un auto Escort rojo junto a la víctima, cerca del Club Pellegrini. Tanto Galván como Giusti conocían a la víctima.

Cuando Antonia Ríos, madre de David, cuenta la razón por la que creen que mataron a su hijo, la Jueza Andreini le advierte que si habla sin pruebas puede quedar presa.

En 1997, en un programa radial, Amelia Ibarra y su madre por primera vez acusan directamente al Intendente y a su entorno de encubrir el crimen de su hermana.

Da los nombres de los tres jóvenes que habría mencionado Alicia Laría. El conductor de ese programa, José Correa, es inmediatamente despedido de la radio y del diario donde trabajaba.

Al día siguiente Correa convoca a Telefé y viene a Zárate un equipo con el cronista Jorge Pizarro. La familia hace las mismas imputaciones, ahora en directo y para todo el país.

En el municipio se niegan a recibir a Telefé para hacer su descargo, tampoco quieren hablar las familias de los otros dos acusados, Insausti y García.

La aparición de la familia en varios medios nacionales provoca un escándalo en Zárate. En la semana siguiente sale una nota en la revista GENTE, titulada "¿Una nueva María Soledad?".

Esto produce un enfrentamiento del gobierno local con todos los que apoyan el reclamo de justicia de la familia, acusándolos de conspirar políticamente.

Los pocos trabajadores de prensa que hablan del tema son sistemáticamente marginados de los medios.

A raíz de las repercusiones mediáticas a nivel nacional la Jueza Andreini, cita a declarar a varios testigos, que dan versiones contradictorias de los hechos.

Con los testimonios de Juan Domingo y Eva Galván, tíos del joven muerto en septiembre, la magistrada cita a declarar informativamente a Gabriel Morano, Sebastián Insausti y Victor García.

Los dos últimos se niegan a declarar, haciendo uso del derecho legal de no declarar contra sí mismos, y el primero lo hace asistido por el Dr. Sergio Magozzi, en el mes de julio. Quedan los tres imputados en la causa.

Durante la séptima marcha de silencio, asiste la Hermana Martha Pelloni para acompañar a la familia. Pelloni es conocida por haber impulsado junto con las alumnas de su colegio las marchas de silencio que culminaron con el esclarecimiento del crimen de María Soledad Morales y con el fin de la dinastía Saadi en Catamarca.

De espaldas a las puertas de la Parroquia del Carmen, a metros del Palacio Municipal, Pelloni acusa a la policía y al gobierno de dificultar el accionar de la justicia, y al periodismo local de no investigar el crimen por compromisos con el poder político. Al otro día, un diario local afirma en su editorial que la monja es una vergüenza para la Iglesia Católica y que posee una "lengua viperina".

En una visita del gobernador Duhalde a Campana, a la que asiste Oscar Morano, la madre de Susana Canteros los increpa y reclama justicia a viva voz.El gobernador ordena que atiendan a esa mujer.

A raíz de este incidente la causa Nro.12.352 "Cantero Susana Edith s/homicidio" pasa a la Dirección de Delitos de Alta Complejidad de La Plata, recientemente creada. Se promete una investigación más exhaustiva, previo desbrozamiento de las abundantes constancias que conforman el voluminoso expediente de 2.800 fojas.

En 1998,  la causa tiene más de diez cuerpos y se realizaron una decena de marchas de silencio. Declararon más de 50 testigos, y se realizaron 30 audiencias. Sólo en nueve de ellas estuvo presenta el fiscal, que representa a la sociedad.

El ministerio de Arslanian ofrece una recompensa a los que aporten datos sobre el crimen, ofreciéndoles garantías de inmunidad e identidad reservada. Nadie declara.

En marzo, Se revela que el Dr Magozzi, abogado de la familia Morano, vuelve a pedirle a la Jueza que declare la inocencia de su defendido, como lo había hecho durante el año anterior. No lo consigue. También le pide a la Jueza que ordene a los medios que traten el caso "más responsabilidad".

Después se descubriría que meses antes presentó un escrito donde el Intendente y su hijo Gabriel querellan por calumnias e injurias a la hermana de la víctima.

En abril, se realiza la última marcha de silencio, con la presencia de Martha Pelloni y de los padres de José Luis Cabezas, Miguel Bru, Sebastián Bordón, de María Soledad Morales y de las tres chicas asesinadas en Cipoletti. La Hermana Pelloni le dice a LA POSTA: "Los que saben algo del crimen y no hablan son cómplices de los asesinos."

Elías Morales, padre de María Soledad, a su vez declara. “En la Argentina sólo hay dos tipos de jueces: los que tienen precio, y los que tienen miedo”

También ratifica sus denuncias de connivencia hacia los medios periodísticos, no sólo a nivel local sino a nivel nacional, por la poca difusión que se les da a este tipo de crímenes impunes donde están involucrados sectores de poder.

Se conoce públicamente la querella iniciada por el Intendente y su hijo a Amelia Ibarra, "para salvar su buen nombre y honor".

La jueza que entiende en la causa es la misma que entiende en la causa Canteros.

Después de varias postergaciones, se produce una fallida audiencia de conciliación, donde Morano concurre con sus hijos y una comitiva de cinco personas que trabajan en la Intendencia. Ante los gritos desesperados de la madre de la víctima que lo espera a la salida, el Intendente le responde: "¿Porqué no cuidaste antes a tu hija?".

El tiempo tiempo continuó transcurriendo y la causa por el crimen de Susana Edith Canteros, se fue aquietando, silenciando y sin ningún detenido.

El 14 de junio de 2011, la Jueza de Garantías, Dra. Graciela Cione, resuelve la extinción del expediente penal por prescripción de la causa.

A 21 años del crimen de Susana Edith Canteros: violencia y violación grupal seguida de muerte...¡Impune!.

FUENTES: lapostadezarate.blogspot.com.ar  /  www.difilm-argentina.com