El origen de la prensa amarillista

Carlos Riedel19 mayo, 2016

Por Álvaro López Franco... A grandes rasgos podríamos diferenciar entre dos tipos de prensa: la prensa sensacionalista y la prensa seria. Esos mismos términos se podrían trasladar a todo tipo de medios, incluso definir el concepto de periodismo serio y periodismo sensacionalista. En cualquier caso, hoy vamos al origen de una de las denominaciones que se ha dado a la prensa sensacionalista: la prensa amarilla o amarillista.

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Nos tenemos que situar en el contexto de finales del siglo XIX y fijarnos en dos personajes estadounidenses: Joseph Pulitzer y Wiliam Randolph Hearst. Eran dos magnates del periodismo, uno propietario del New York World y el otro de New York Journal. En las fechas a las que nos referimos, entre 1895 y 1898, había entre ambas cabeceras una guerra periodística de tal magnitud que fueron acusados por otros diarios más serios de engrandecer algunas noticias y pagar por exclusivas para incrementar sus ventas.

El periódico New York Press fue el que definió el periodismo que hacían los periódicos de Pulitzer y Hearst como amarillo, aunque no explicó el término hasta 1898, en un artículo titulado: “We called them Yellow because they are yellow”, con el que hacían un brillante juego de palabras con la palabra yellow, que significa tanto amarillo como cruel y cobarde.

También ayudó a que se asentara el concepto ‘amarillismo’ en relación a este tipo de periodismo la publicación de una serie de viñetas llamadas The Yellow Kid (El Chico Amarillo), que se publicaron en el New York World a partir de 1895. En 1897, su autor, Richard Felton Outcault, empezó a publicar su serie en New York Journal. El periódico New York World de Pulitzer contrató a otro dibujante, George Luks, para continuar con la serie, y por ello la viñeta se publicó de manera simultánea en los dos diarios competidores. El protagonista de estas viñetas era un niño que vestía un camisón amarillo y vivía de manera marginal junto con otros personajes similares a él. Aunque apenas hablaba, esta serie es recordada por la introducción de globos de diálogo.

En muchos países no se utiliza la denominación ‘amarillo’ o ‘amarillismo’ para referirse al periodismo sensacionalista. Por ejemplo, en España, se suele hablar de prensa rosa o del corazón, aunque en alusión más a los medios que tratan sobre asuntos de escasa relevancia y relacionados con la vida privada de personas famosas. En sus comienzos, la prensa amarilla se centraba en asuntos relacionados con escándalos y sucesos de todo tipo porque eran los temas que mayor atracción generaban en la audiencia y con los que vendían más ejemplares.

Hoy en día, da igual cómo llamemos a este tipo de periodismo, pero podemos decir que el sensacionalismo está a la orden del día y no solo de la manera más descarada (el tratamiento poco riguroso de temas que no son de interés público), sino a que se magnifican asuntos sin pensar en los efectos que provoca en las audiencias para generar más interés a expensas de no tratar las informaciones con suficiente rigor.