Cine de verano en la Quinta Jovita: Tres películas veraniegas de Eric Rohmer

Carlos Riedel24 febrero, 2018

Lugar: Quinta Jovita, Ituzaingó 278, desde las 20:30 horas - Presentación: Armando Borgeaud - Entrada: gratuita - Sábado 24: La rodilla de Clara ( 1970 ) 105 minutos.

Dirección: Eric Rohmer

Iluminación: Néstor Almendros

Intérpretes: Jean-Claude Brialy, Béatrice Romand, Aurora Cornu, Laurence de  Monaghan, Michel Montel, Gérard Falconetti, Fabrice Luchini

De la serie “Seis cuentos morales “ escrito por Eric Rohmer

Premios:

1971: Festival de San Sebastián: Concha de Oro - Mejor película

1971: Globos de oro: Nominada Mejor película extranjera

1971: Círculo de Críticos de Nueva York: Nominada a Mejor Guión

El Museo y Archivo Histórico Municipal Quinta Jovita y la Asociación Amigos del Museo invitan al  ciclo de cine Tres películas veraniegas de Eric Rohmer. La proyección de los  filmes de este director francés, uno de los protagonistas de la Nouvelle Vague que a fines de los años 50 cambiaron  la manera de concebir el cine del siglo XX, comenzará el  sábado 24 de febrero con la proyección de La rodilla de Clara ( 1970)

La rodilla de Clara: un cuento moral

La rodilla de Clara forma parte de la serie de películas denominadas cuentos morales de Eric Rohmer. Se trata de un grupo de films realizados entre 1963 y 1970, variaciones sobre un mismo tema. Siempre será la historia de un hombre que mientras busca a la primera mujer encuentra a la segunda, para finalmente volver a la primera. Un cine sencillo únicamente en apariencia, como toda la obra de este refinado realizador. Eric Rohmer, en realidad Jean-Marie Maurice Scherer, profesor de literatura, crítico de cine y redactor-jefe de Cahiers du Cinéma, ha sido uno de los autores cinematográficos más prolíficos del cine europeo. Con más de 80 películas a sus espaldas, este filósofo entendió el séptimo arte como el vehículo para plantear sus inquietudes filosóficas y morales.

La película narra la historia de un joven diplomático próximo a casarse que, instigado por una amiga novelista, intentará conquistar sin mucho interés a una adolescente. Finalmente, el seductor terminará seducido por otra joven que pasa unos días de vacaciones con su novio en el lugar de encuentro de todos los personajes de la película: un paradisíaco rincón entre lagos y montañas en pleno verano. Hay un juego permanente de manipulaciones disfrazadas de prematuros desengaños y deseos sofocados, en una historia atravesada por una permanente necesidad de afirmación personal de todos los que se animan al juego.

Ganadora de la Concha de Oro del Festival de San Sebastián, la cinta es puro Rohmer: la compleja sencillez a la hora de contar historias.

Las ganas irremediables que el protagonista muestra por acariciar la rodilla de la chica es una reflexión sobre el deseo. Pero un deseo no entendido como erótico o sexual, sino como la atracción hacia la belleza entendida como perfección, aunque sea sólo por un instante. Se trata de la humana locura que nos impulsa a querer alcanzar lo imposible.