Producido ya el acto por las intervenciones realizadas en el “Casino de Oficiales” del CCD de la ex ESMA, y aunque pueda continuar sujeto a controversias el o los criterios para su formulación, lo cierto es que el Estado ha intervenido desde lo que han sido sus políticas activas, en un espacio poblado, trágica y dolorosamente, por las secuelas del Terrorismo de Estado, que no pudo borrar las huellas que miles de compatriotas expuestos al exterminio de la dictadura cívico-militar iniciada en 1976.
En perspectivas similares podrían estimarse situaciones de la zona Campana/Zárate, en las que han intervenido tanto sectores político/sociales de DH como el Estado a nivel local, provincial o nacional, en la búsqueda de preservar las memorias locales; resultado de lo cual se han señalizado “Sitos de Memoria” en ambas localidades, con el acento puesto en que Zárate ha tramitado la expropiación de la tenebrosa “Casa de Piedra”, y tiene en curso el pedido de expropiación de la denominada “Mansión Güerci”, así como la señalización del “Arsenal”, más reiteradas actividades que, a través de carteles, rememoran a Desaparecidxs, con nombre y apellido.
La breve síntesis –se disculparán omisiones-, no discrimina quién o quiénes asumieron tales actos de militancia, ya que en temáticas de DH a nivel local, el todo suele ser más que las partes…Dicho esto desde un punto de vista localista si se quiere, pero que en los pagos “campaneros” exhibe la señalización del CCD del ex Tiro Federal, hasta el único señalizado en el distrito.
Pretenden las líneas precedentes enmarcar y describir parte de una realidad para la que la preservación de las memorias, excede y contiene hechos puntuales –señalizaciones, baldosas por la memoria, actos variados-, cuya significación para el imaginario colectivo local siempre estará en discusión (o debate), pero que no por eso perdería relevancia en un momento puntual de la historia del pueblo como lo son las acciones que se llevarán a cabo por los 130 años de creación del partido, para lo cual no hay –por ahora al menos-, espacio político, cultural, que apunte a rememorar a las decenas de personas –trabajadores, profesionales, gremialistas, militantes sociales-, del pago chico que fueran devorados en la represión de los años ’70 -sean Desaparecidos, sobrevivientes, familiares-, las cuales deberían ser reconocidos claramente dentro de la historia reciente del pueblo, por lo que ha significado la militancia y el compromiso de todas y cada una de ellas, más allá de posicionamientos político/ideológicos, más allá de que criterios hegemónicos tiñan de olvido constantemente lo ocurrido en estos pagos, más allá de que persistan silencios que sigan cobijando una impunidad que no cesa…
En función de este análisis, es posible que cierta visión “optimista” se centre en que la persistencia de las memorias del pueblo, tendrán relato continuado a través de un sistema escolar que en cada “efemérides” de cada 24 de Marzo, rememore lo ocurrido en la dictadura…puede ser, si se considera que todos los servicios educativos –estatales o privados-, darán cumplimiento acabado a lo dispuesto por autoridades educativas…por ahora, ya que aún así no todas las escuelas habrían dado cumplimiento a las disposiciones sobre tal recordación, ni este año ni en otros. En sentido similar podrá considerarse que la “masa crítica” militante hará que las memorias trasciendan, esté quién esté en el gobierno…cierto en gran parte, ya que organismos de DH y militancia política variada, han sostenido la preservación de las memorias desde el ’83 y en los denigrantes años ’90…pero no alcanza, ya que ampliar la base de sustentación de la defensa de los DH, debería interesar no solo a la militancia sino a la mayoría de los sectores sociales de la comunidad.
Desde ya que estas líneas pueden resultar válidas como las que esgriman opiniones en contrario, en un tema que es materia opinable para su análisis, pero que apenas puede servir para esbozar algún intento de certeza: a veces intentar mirar más allá, no significa ver más lejos…A veces.