Por Mario Raúl Baudry (*)... La Drug Enforcement Administration, más conocida como DEA, es el órgano antidrogas más grande del mundo, y que rige el tráfico y combate a las organizaciones criminales internacionales.
Uno de los organismos americanos que más repercutió en la conciencia colectiva argentina, a través de las distintas series televisivas con la impronta de Hollywood, ha sido la DEA (Drug Enforcement Administration), dependiente del poderoso Departamento de Justicia del Gobierno Federal Americano.
La Administración de Control de Drogas fue creada en 1973 por el presidente Richard Nixon, con el fin de establecer un único comando unificado de combate, “una guerra total global sobre la amenaza de las drogas”. Al comienzo, la organización tenía 1.470 agentes especiales y un presupuesto de menos de u$s 75 millones. Hoy en día, la DEA cuenta con cerca de 5.000 agentes especiales y un presupuesto de u$s 2.020 millones, en forma oficial, y un presupuesto paralelo del que nunca se dan informes, pero que en los hechos existe.
La misión de la Administración para el Control de Drogas (DEA) es hacer cumplir las leyes y reglamentos de los Estados Unidos en materia de sustancias controladas y llevar ante el sistema de Justicia civil y penal de los Estados Unidos, o cualquier otra jurisdicción competente, a las organizaciones y los miembros principales de organizaciones que participen en el cultivo, la fabricación o la distribución de sustancias controladas que surjan en el tráfico ilícito o estén destinadas a tal tráfico en los Estados Unidos; y recomendar y apoyar programas de cumplimiento no obligatorio destinados a reducir la disponibilidad de sustancias controladas ilícitas en el mercado, tanto nacional como internacional.
Desde su creación en 1973, la DEA, en coordinación con otras agencias federales, estatales, locales y organizaciones de aplicación de la ley extranjera ha sido responsable de la recopilación, el análisis y la difusión de la inteligencia relacionada con las drogas. El papel de la inteligencia en la lucha contra las drogas es fundamental. El Programa de Inteligencia de la DEA ayuda a iniciar nuevas investigaciones de las principales organizaciones de la droga, fortalece los continuos enjuiciamientos posteriores, se desarrolla la información que conduce a convulsiones y detenciones, y proporciona a los responsables políticos información de tendencias de drogas sobre las que pueden basarse las decisiones programáticas. La DEA divide la inteligencia de drogas en tres grandes categorías: tácticas, de investigación, y estratégicas.
-Inteligencia táctica: se evalúa la información sobre la ejecución inmediata de acción -arrestos, decomisos e interdicciones-.
-Inteligencia de investigación: ofrece apoyo analítico a investigaciones y enjuiciamientos por desmantelar las organizaciones criminales y los recursos de ganancia.
-Inteligencia estratégica: se centra en la imagen actual del tráfico de drogas, desde el cultivo hasta la distribución, que se puede utilizar para la toma de decisiones de gestión, despliegue de recursos y la planificación de políticas.
A toda la estructura montada desde el Gobierno Federal, se sumó el cambio de la normativa legal, en cuanto al monto de la pena para aquel que trafique drogas, se establecieron penas que van para el primer delito desde no menos de 5 años y no más de 40 años. Si provocan la muerte o lesiones corporales graves, no menos de 20 años de cárcel. Y multa de u$s 5.000.000 si es individuo, y u$s 25 millones si no es persona física. Ante la segunda infracción, la pena se duplica no menos de 10 años. Si provocan la muerte o lesiones corporales graves, la prisión será perpetua. Multa de no más de $ 8 millones de dólares si es individuo, $ 50 millones si es persona jurídica.
El flagelo de la droga movilizó a una sociedad que encaminó todos sus recursos para combatir este drama social, esperemos que Argentina esté a la altura de las circunstancias y cuide a su gente.
LA DEA NUEVAMENTE DENTRO DE LA BONAERENSE
Desde el ministerio de Seguridad buscan reflotar los convenios con la DEA. Volver a implementar los convenios de colaboración de la DEA con el ministerio de Seguridad, generó polémica interna. Desde el ámbito nacional prefieren al FBI, aducen en público que este organismo es más profesional.
La agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) redujo su presencia en nuestro país a un solo agente, en 2011, a causa de que desde el gobierno se desalentaba la cooperación con las policías provinciales.
Hasta ese momento los agentes de la DEA, oficialmente eran tres, tenían una oficina en Capital Federal y otra en Salta.
En 2011 nuestro país atravesó un conflicto diplomático cuando en febrero el canciller Héctor Timerman ordenó revisar la carga de un avión militar de Estados Unidos que había llegado con personal policial para entrenar a las fuerzas especiales de la Federal.
La cooperación con la agencia se reanudó recién en junio de 2012, pero de manera limitada, a pesar del creciente desplazamiento de narcos colombianos y mexicanos a nuestro país, y del mayor contrabando de cocaína y marihuana desde Bolivia y Paraguay.
Con la designación de Sergio Berni como viceministro de Seguridad facilitó la cooperación bilateral y se reanudaron el intercambio de información y la capacitación antinarcóticos.
Pero un documento elaborado por Estados Unidos concluyó que los tiempos de las reformas operacionales y reasignación de recursos nacionales, “junto con la reducción de la cooperación probablemente erosionó las capacidades de interdicción de droga de Argentina en 2012”.
Lo cierto es que la Bonaerense tenía en sus filas 9 personas que reportaban a la DEA y algunos integrantes del SPB. En los pasillos de calle 6, se viene escuchando la intención del Ministro de firmar un convenio de cooperación con los americanos, el tema es si sabrá que ya tiene agentes inorgánicos dentro de sus filas.
(*) Director de Revista La Tecla