“La grandeza de una nación y su progreso moral, pueden ser juzgadas por la forma en que trata a sus animales”

Carlos Riedel8 enero, 2020

Por Prof. Marcelo Pastore*... Cuando me enteré de la noticia que el nuevo gobierno, decidió “extinguir” la figura de los animales de los billetes argentinos, no pude sino sentirme invadido por una sensación de tristeza e impotencia, ¿cómo puede ser que el afán de los gobernantes argentinos, de borrar de un plumazo lo realizado por la gestión anterior, llegue afectar hasta las buenas decisiones, que contaron con el amplio consenso de la sociedad?...

No podemos menospreciar el hecho de que el hombre y los animales han tenido desde siempre una estrecha relación. Esta jugó un papel determinante, incluso, en la propia evolución de la especie humana, ya que nuestro lenguaje y nuestra empatía no serían los mismos sin ellos.

En lo que al hecho de amar se refiere, los animales están muy por encima de nosotros. Ellos nos enseñan el valor de la lealtad y el compañerismo, nos enseñan la importancia que tienen los seres que están a nuestro alrededor.

Reconocemos que los animales constituyen verdaderos ejemplos de comportamiento para el ser humano. Su lealtad, sentido del sacrificio, valoración de la amistad y el cariño que ofrecen a los demás son dignos de admiración.

Los animales poseen la cualidad más valorada por cualquier ser vivo, ellos son amor en estado puro.

Cuando vencemos nuestro ego, podemos ver las cosas tan importantes y valiosas que nos enseñan los animales. Solo cuando abrimos nuestro corazón y los dejamos entrar, somos capaces de sentir de la manera que ellos lo hacen y que responde al verdadero significado de la palabra “amar”.

Poco quieren, poco piden, pero mucho ofrecen. Sin duda, los animales son el gran ejemplo y los GRANDES MAESTROS para todos los seres humanos.

Los animales no están en este planeta para enseñarnos cosas, pero eso es lo que siempre han hecho.

La relación que desarrollamos con los animales, esa peculiar clase de unión y de afecto, es muy importante, muy valiosa, y es diferente de la que tenemos con el resto de los seres humanos, nos enriquece y nos enaltece de otra manera.

Sin embargo, tristemente, el ser humano, no siempre ha honrado esta relación, llevando al exterminio de gran parte de las especies que comparten esta existencia junto a nosotros. La crisis ecológica que está sufriendo el planeta está a la vista de todos.

Reconocer, que es nuestro deber y nuestra responsabilidad, reparar el daño que venimos causando, es lo primero que debemos hacer para encarar, en conjunto, las acciones determinantes, que conduzcan a paliar la problemática que estamos padeciendo, por las intervenciones humanas, con los consiguientes cambios en los ecosistemas.

Condecorar los billetes de nuestra moneda de curso legal, con las imágenes de animales que habitan nuestro país y, cuya supervivencia se encuentra en peligro, respondía a un gesto simbólico, de honrar a esas especies que nos distinguen, que comparten el suelo argentino junto a nosotros, que tanto aportan para nuestros ecosistemas y que, sin ellos, la vida humana, tal como la conocemos, no sería posible.

Es posible que esta haya sido una de las pocas medidas que contó con el aval de casi toda la sociedad. El carisma que evocan los animales, genera fuertes conexiones entre todos nosotros miembros de esta sociedad argentina tan dividida, permitiéndonos tejer una red sólida, que nos posibilitaría avanzar juntos, en unión y a pasos agigantados.

¿Quiénes mejores que los animales para enseñarnos de valores sociales? Las imágenes de los próceres, por el contrario, causan división y distanciamiento. Si tomamos la imagen de Evita, como ejemplo, lo que para una parte de la sociedad significa una referente de la clase obrera, para otra gran parte de la sociedad evoca sentimientos de disconformidad, enojo, ira y desprecio. Dudosamente, podemos invocarla como la figura de un prócer, si queremos ser inclusivos con toda la sociedad argentina.

Numerosos son los países que cuentan con animales en sus billetes, podemos mencionar el caso de Brasil, Sudáfrica, Venezuela, Australia, Filipinas, Méjico, Nueva Zelanda, Congo, Indonesia, Bielorrusia, por mencionar algunos. Cada detalle cuenta, por más nimio que pueda parecer, cada uno de estos países se siente orgulloso de las especies que los representan, buscan su protección y cuidado y, así, lo han querido simbolizar en sus billetes. Ese fue el espíritu de la medida tomada por la Argentina por aquel año 2016.

Como dato curioso, cabe destacar, que, el premio Nexonum de España, reconoció al billete argentino de $500, con la imagen de un yaguareté -felino autóctono de Argentina-, como el mejor del mundo entre los emitidos en el año 2016. Así, académicos de una treintena de países de Europa y América lo distinguieron en la Real Casa de la Moneda entre los otros billetes emitidos dicho año. Por su parte, el diseño ya había recibido el Premio LatiNum a mejor billete latinoamericano 2015/2016 y un segundo premio de la International Bank Note Society (IBNS), que premió su mérito artístico, diseño, color y medidas de seguridad.

Tener que leer las palabras del nuevo presidente del Banco Central, cuando al referirse al asunto dijo “En un país que tiene los poetas, los políticos, la historia que tiene la Argentina, tener que recurrir a sus animalitos es un poco triste.", me hace pensar que como sociedad no aprendimos nada, y que, en muchos aspectos estamos en una suerte de retroceso y a contra mano del rumbo que ha tomado el mundo.

Referirse, un funcionario del gobierno, a las imágenes de los animales en billetes como algo “triste”, me genera ruido y contradicción en mi interior, mente y en mi corazón.

Hoy día, el ser humano ha abierto su corazón a los animales más que nunca, y son innumerables las voces que a diario, se alzan por defenderlos. Los animales dignifican, unen, reúnen, enlazan, entrelazan y engrandecen las vidas de los seres humanos. No así muchas de las personas, no así muchos de nuestros próceres. Dudo que la nueva familia de billetes cuente con la misma bienaventuranza.

Ya lo dijo Gandhi en su célebre frase “La grandeza de una nación y su progreso moral, pueden ser juzgadas por la forma en que trata a sus animales”. Es obvio que a la Argentina le falta tantísimo para engrandecerse.


*Concejal por Juntos por el Cambio - Zárate y referente de Fundación Caleuche