El Chiqui Tapia, Sampaoli y el síndrome del burnout (agotamiento)
Por Raúl Quirino…
Terminada la aventura de la selección nacional por Rusia, en medio del desquicio institucional de la AFA, cuando en Campana la “protección integral de la niña, el niño y el adolescente” se hunde en una Liga Campanense insostenible y peligrosa, sin relevamientos censales, con campos de juego intransitables, con instalaciones precarias, con menores usados como portadores de propagandas políticas, sin Sistema de Apto Médico Municipal, sin capacitación de técnicos en RCP, sin Registro Municipal de Entrenadores Infantiles, sin que un solo metro cuadrado del suelo deportivo de las canchas de futbol barrial haya sido resguardado por el Planeamiento Urbano, sin Confederación Campanense de Deportes, sin Fondo Municipal Deportivo, con uso de las hinchadas como fuerza de choque de los negocios del poder con las grandes corporaciones, etc., propongo que nos tomemos un tiempo para leer estas notas, tomadas de El cese de la motivación: el síndrome de burnout en deportistas, de Enrique Garcés y Enrique Cantón:
“Aunque ha sido Smith (1986) quien ha planteado un modelo conceptual amplio para comprender el síndrome del burnout, fue Coakley (1992) el que incidió en una de las variables que es importante para entender cómo puede un deportista «quemarse» en su actividad: la estructura social del deporte.
El autor parte de la premisa según la cual, el burnout (agotamiento) no depende de problemáticas individuales, sino de la estructura social en la que se encuadra el deportista.
De ahí que las estrategias de intervención que se han planteado (relajación, inoculación de estrés, reestructuración cognitiva, etc.) no sean totalmente efectivas, pues el esfuerzo debe ir dirigido a modificar los aspectos relacionados con la estructura que mantiene el deporte, y no hacia la modificación de las conductas del sujeto.
El autor señala, como más importantes cuatro aspectos que han de ser cambiados:
· — Las relaciones sociales vinculadas al deporte y que son muy diferentes a las que habitualmente establece el deportista fuera del ámbito deportivo (competitividad, dureza, excesivas presiones soportadas, énfasis en lo individual, etc.).
· — El control que se ejerce sobre los jóvenes deportistas en relación a su vida dentro y fuera del deporte, que es absolutamente rígido y que les obliga a llevar estilos de vida muy diferentes a los que desarrollan el resto de jóvenes.
· —La ausencia de criterios, por parte del deportista, para valorar objetivamente por qué participa en el deporte, y cómo la dinámica establecida por otros le lleva a una dedicación casi exclusiva a la actividad deportiva, abandonando otras que forman parte de su desarrollo normal y que, sin saber muy bien la razón, abandonan por la primera.
· —La planificación de los programas deportivos y las condiciones establecidas en el entrenamiento y la competición acordes a esta planificación, y que inciden en la rigidez normativa a la que someten la vida deportista.OTAN
NOTA:
Estas prevenciones están contenidas en un Plan de Desarrollo Deportivo de Campana, presentado en 2011 a la Gestión PJ-FPV y en 2016 a la Gestión Cambiemos.
¡NUNCA TUVIMOS RESPUESTA!