Crónicas macristas: Abella es Macri

Carlos Riedel21 febrero, 2019

Por Germán Luis Jendrulek*... La tercera destrucción de la Argentina en 40 años, en este caso, en tiempo récord.

Argentina, desde 1976 a la actualidad, ha sufrido en tres oportunidades la irrupción de lo que se ha dado en llamar el modelo de “valorización financiera”, que es una de las formas de estructurar la economía de un país. En todos los casos las características fueron comunes, a saber: dólar planchado con saltos bruscos en forma esporádica, apertura de importaciones, altas tasas de interés y libre circulación de cualquier tipo de capitales (lo que tiende a privilegiar al capital financiero y golondrina en detrimento del productivo). En los dos primeros casos -el iniciado con la dictadura militar de 1976 y el llevado a cabo durante la gestión de Menem- la demora en la visualización concreta del impacto negativo de la mencionada gestión, osciló entre los ocho y los doce años respectivamente.

Ese lapso de tiempo demandó conquistar tasas de desocupación en niveles alarmantes, elevar el número de pobres e indigentes, destruir la pequeña y mediana empresa, elevar las tarifas de los servicios públicos en forma alocada, endeudar al país en forma exorbitante hasta transformar en impagable la deuda pública y, por supuesto, sumergir a la Argentina en una profunda crisis social, que ocasionó el sufrimiento extremo de los segmentos sociales más vulnerables de la población, como los asalariados y los jubilados, todos ellos con severas dificultades para llegar a fin de mes, si los gastos básicos de una persona persiguen una vida mínimamente digna (alimento, vivienda e indumentaria).

Ahora bien, el actual gobierno de Mauricio Macri ha provocado todos los males relatados en tan solo tres años de gestión, batiendo todos los récords negativos que uno pueda imaginar, de manera tal que: el PBI nacional estará en 2019 en niveles inferiores al 2015, lo mismo que el PBI per cápita, los trabajadores en general habrán perdido porciones importantes de sus haberes, la inflación acumulada continuará siendo un elemento de lesión del tejido social  y la presión impositiva y tarifaria seguirá haciendo estragos en la población, mientras que porciones importantes del presupuesto nacional se destinan a subsidios de grandes grupos económicos y reconocimientos resarcitorios a las empresas de los amigos del Presidente (ejemplo: 19.000 millones de pesos reconocidos a las distribuidoras eléctricas, luego de fracasar en el intento de cargarlo a las tarifas, que son las que afronta el usuario vulnerado y que son ya muy elevadas).

Mientras todo esto ocurre a nivel nacional, vemos el fiel reflejo de la misma lógica política y las mismas metodologías a nivel local en Campana. Aumento de la presión impositiva a niveles nunca vistos (igual que en Nación), dando buena cuenta de ello los comercios, pymes y vecinos en general, cuyas tasas se han visto incrementadas de manera inédita. Incluso se han creado tasas nuevas como la Vial, que grava con carácter de estafa, por ser anticonstitucional, cada litro de combustible despachado en el Distrito.

A todo lo dicho hay que añadir el desprecio por los trabajadores en general y de los más vulnerables en particular. Ejemplos de ello son: el veto a la ordenanza que declara la emergencia farmacológica por parte del Concejo Deliberante y que beneficia a los que no pueden pagar sus medicamentos, la retención indebida de haberes de trabajadores municipales y la negación al Sindicato Municipal de la posibilidad de otorgar créditos a sus afiliados y luego ser descontadas las cuotas de sus sueldos, como tradicionalmente se ha hecho. Finalmente, no se conoce ninguna gestión a efectos de atraer inversiones, sino por el contrario, la inercia y la desidia en esta materia reinan entre los funcionarios municipales.

Mientras tanto, en la Provincia de Buenos Aires ocurre lo mismo. Basta constatar como los docentes han perdido el equivalente a 16 % de sus salarios en un año, o al personal médico y trabajadores de la salud, que han soportado una disminución salarial similar.

A esta altura, no es difícil inferir que si en solamente 3 años Macri, Vidal y Abella han logrado desquiciar la vida de los argentinos, imaginemos lo que ocurrirá en 4 años más.

 

*Licenciado en Ciencia Política - Miembro del consejo del Partido Justicialista de Campana