Por Lic. Ana Carolina Erregarena... Los pueblos aborígenes poseen una riqueza socio-cultural e histórica muy profunda; una riqueza lingüística, literaria, filosófica y espiritual que el hombre post- moderno debería valorar y no despreciar y destruir.
Siempre recuerdo en mi paso por la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), mis clases de multilingüismo, la importancia de las lenguas aborígenes (motivo de estudio) en mi cursada de una materia llamada "Dialectología". Habiendo realizado en forma completa la especialidad de Sociolingüística y Psicolingüística.
Lamentablemente, hoy se evidencia un mundo post- moderno donde prima un vacío cultural enorme y me atrevería decir una enorme ignorancia por quienes intentan avasallar y callar las voces indígenas. Parecería que todo pasa por el negocio empresario, por el vil metal. El valor por el profundo sentido espiritual de los pueblos hermanos pareciera desvanecer por un imperio económico que lo corroe todo. Cuando, en realidad, deberíamos valorar la identidad de nuestros pueblos aborígenes, que son parte integrante de una identidad cultural más amplia que es nada más ni nada menos que la cultura latinoamericana, por la que tanto bregaron nuestros escritores como José Martí, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar entre otros.
No en vano pasé por la Facultad de Humanidades. Los invito a Uds -lectores latinoamericanos- a reflexionar por un mundo más justo, por un mundo más integrado genuinamente; y respetemos de una vez por todas a nuestros hermanos. Todos somos latinoamericanos, ésa es nuestra herencia socio- cultural.
